sábado, 4 de julio de 2020

La reforma más exitosa de la Educación Oficial en el Perú, Caso


ALGUNAS VIVENCIAS DE REFORMA EDUCATIVA

 Mavilo Calero Pérez

Profesor Mavilo Calero Pérez

1.- REFORMA EDUCATIVA EN AYACUCHO.- En 1970 se seleccionó 421 entrenadores para la reforma educativa, de 15,489 postulantes. Fueron implementados intensamente. En 1972,   en cada  departamento del Perú se instalaron   equipos polivalentes de entrenadores para iniciar el  reentrenamiento docente. El equipo  integrado por Gaby Fujimoto, Olga Gamboa, Elsa Maraví, Bety Quispe, Alvaro Camposano, Emilio Murillo y  Mavilo Calero fuimos destacados a Ayacucho para atender los Núcleos Educativos Comunales de Huamanga, Cangallo y Huanta.
Reentrenamiento  implicaba cambio de actitudes, reestructuración de contenidos y uso de nuevos instrumentos de aprendizaje.
En la etapa de concentración, de enero a mediados  de marzo, se implementaba  las áreas ideo política y educativa, de lunes  a sábado, de 8 am a 1 pm, Los docentes acudían con notorio  interés. Las actividades eran dinámicas, variadas y participativas, en grupo total o por grupos pequeños según los casos. Nos esforzábamos en desarrollar actitudes de criticidad, creatividad y cooperación, intensiva y extensivamente.
Los  entrenadores luego del almuerzo seguíamos trabajando hasta altas horas de la noche, implementándonos y preparando materiales para el día siguiente. Los docentes al vernos trabajar en ese ritmo, a libre iniciativa, acudían, revisaban libros, revistas, periódicos,…dialogaban, discutían, particularizaban, comparaban, diferenciaban, ejemplificaban,  objetaban y ampliaban  las exposiciones de los ponentes. Debatían hasta altas horas de la noche. Ninguno se sentía dueño de la verdad, por ser profesionales en educación, haber realizado cursos de posgrado o tener mucha experiencia. Otros  hacían prácticas deportivas, teatrales, musicales, folclóricas, preparaban materiales educativos,  investigaciones, etc. Eran ejemplo de estudio y trabajo permanente. Más podía su juventud espiritual que la edad avanzada de algunos de ellos. Cada uno  percibió mil quinientos soles como estímulo, a más de libros, separatas, conferencias, conversatorios y participación en eventos múltiples.
Durante el año escolar los entrenadores, en carro, a pie o a caballo, llegábamos a todos los planteles en visitas de supervisión y seguimiento. En las mañanas trabajábamos con los estudiantes, para ver los avances del desarrollo del currículo integral diversificado. La acción educativa cubría, en forma integrada, conocimientos  (teórico práctico), actividades (experiencias, procesos), capacitación para el trabajo (técnicas, habilidades, destrezas para los procesos productivos) y orientación y bienestar del educando (apoyo metodológico, psicológico y asistencial correspondiente).
En  las tarde laborábamos con los profesores reentrenados para evaluar y supervisar sus logros, dificultades y/ omisiones, en un ambiente democrático. Revisábamos  el diagnóstico situacional que habían elaborado, la planificación  y desarrollo curricular y otros aspectos pedagógicos y administrativos. Se les ofrecía  alcances de ser necesarios, luego de felicitar sus fortalezas y avances. Era extraordinario el compromiso docente, laboraban con notorio entusiasmo con sus colegas,  alumnos y padres de familia.
En las noches nos reuníamos con los padres de familia, que recién retornaban de sus actividades agrícolas y miembros del Núcleo Educativo Comunal para afrontar sus debilidades o resaltar sus fortalezas. Nos reuníamos alumbrados por un mechero, velas o lámpara. En todos se manifestaba  gran compromiso. Se consideraba la obra educativa como función social, de responsabilidad comunitaria.
En cada NEC existía un centro director y un número variable de centros educativos. Con el director y especialistas trabajábamos en cada comunidad en función de las problemáticas que afrontaban. En esas circunstancias los profesores reentrenados laboraban  con nosotros, mañana, tarde y noche, su participación era necesaria y provechosa. Se optimizaba el uso de las instalaciones y equipos educativos, se generaban acciones intersectoriales, se desarrollaban proyectos en función a cada realidad, etc. Durante el año mínimamente visitamos de dos a tres veces todos los centros educativos de cada red nuclear.

2.- ACCIONES Y REACCIONES DE UNA EDUCADORA REENTRENADA
En 1974, en un centro educativo de Huancayo, una directora ensimismada y con escaso compromiso con la mejora de la calidad educativa, extrañada de que la profesora Zenaida Gamarra Medina, se preocupaba del bienestar emocional de una alumna y realizaba diálogos con los padres de esa niña, trató de limitar sus actividades.
La niña afrontaba problemas familiares. Era víctima de la desunión de sus progenitores y había bajado progresivamente en sus rendimientos académicos. La profesora tenía  reuniones con sus padres, por separado y aun con ambos a la vez para hacerles notar el daño que ocasionaban en la niña. La directora al enterarse llamó a la profesora a su oficina y le dijo que debe evitar esas acciones y que se contentara con el desarrollo curricular. Le insistió ¿Qué se preocupa usted de otros? ¿Quién se preocupa de usted? Deje que cada cual responda dentro de sus posibilidades. No se meta en asuntos familiares.

La profesora muy hábilmente replicó “yo no soy enseñante, ni quiero serlo, soy profesora. Así como me interesa transmitir conocimientos, a mis alumnas, me interesa capacitarlas para el trabajo, realizar actividades varias y atenderlas en orientación y bienestar del educando. No hago nada extraordinario. Busco bienestar para mis alumnas y sus padres, antes que meramente enseñar conocimientos. Mi misión educadora, dentro de mis posibilidades, es ayudar a solucionar los problemas de mis alumnitas a fin de ofrecerles mejor calidad educativa a las que tienen derecho. Que algunas sean pobres de economía o afronten problemas familiares no es culpa de ellas. Ellas necesitan mi ayuda. Déjeme trabajar con profesionalismo. Nos hemos reentrenado y comprometido con la reforma educativa no para pasar indiferentes ante las realidades de nuestras estudiantes sino para atenderlas integralmente. Olvidemos los errores y prejuicios de antaño”.

          Pasado unas semanas la profesora se manifestaba contenta de haber logrado los objetivos formativos e informativos que se propuso. La familia se recompuso, la alumna recuperó su bienestar afectivo y mejoró sus logros académicos. Fue un éxito educativo.

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