Buscando a Dios… en el Universo
Por Mario Rios Quispe
Lic. En Física
“Si yo fuese Dios, como hubiera creado el Universo”
Albert Einsten
Nota Importante: Es importante destacar que el presente ensayo está
basado principalmente en los planteamientos de shahen Hacyan Astrofísico prof. De la UNAM.México [4]
¿Que es el universo? ¿El Universo
tiene origen? ¿Tendrá fin? ¿Alguien lo diseñó? ¿Cuáles son las fronteras del
universo si lo hubiera? … han sido las preguntas que han tratado por centurias
de ser respondidas por los pensadores, desde especulaciones populares, pasando
por respuestas mitológicas, para finalmente dar una argumentación más sólida
basado en el conocimiento científico que se ha dado recién en los últimos 70
años, en lo que se ha denominado cosmología. Antes, solo había interpretaciones
del universo basado en la cosmogonía que es un
conjunto de teorías míticas, religiosas, filosóficas y hasta científicas sobre
el origen del mundo. Cada cultura o religión en el tiempo ha tenido y tiene sus
propias explicaciones cosmogónicas. Al
respecto hay que destacar que la enfatización en el conocimiento científico de
la cosmogonía nos lleva directo a la cosmología lo que va a dar lugar a que no
haya diferencia entre los mismos.
De lo manifestado se debe dejar claro que “toda teoría está ligada a los pensamientos
y sentimientos de las personas, por lo que involucra toda una concepción,
siendo pues en el fondo reflejo de la vida social” [2]. Esto explica el hecho de que el periodo inicial de la
civilización se haya buscado explicar estos fenómenos a partir de
planteamientos mitológicos, pero lo mitológico ¿Cuánto de realidad expresa o
esconde? ¿Porque cuestionarla? Si en esa época no se tenía una idea clara de un
conocimiento disciplinar y sistemático sin embargo nos arriesgamos a afirmar
que mucho de los conceptos que trabajamos en la actualidad tiene que ver con
esos “conceptos bases” que han ido afinando y hurgando con éxito en el estudio
del universo, pero que por más ciencia
que se haya profundizado en la cosmogonía moderna (Cosmología) siempre habrá
presupuestos, y esta será la base del estudio del universo hoy y en
perspectiva.
De los principales mitos en la
historia, tenemos a los babilónicos (quince siglos AC) que relatan el
nacimiento del mundo a partir del caos primordial [4], para ellos el agua de mar, de los ríos y la niebla estaban
mezcladas cada uno con sus dioses, el cielo y la tierra estaban unidos; después,
el Dios de los cielos llamado Marduk (Dios principal de los Babilonios) lo
separa. En términos más sencillos, el mundo era una especie de bolsa lleno de
aire, cuyo piso era la tierra y el techo la bóveda celeste; arriba y abajo se
encontraban las aguas primordiales que a veces se filtraban, produciendo la lluvia y los ríos, generándose
sedimentación dando lugar a la tierra. Su explicación casi fantástica tiene que
ver con sus propias experiencias, no hay que olvidar que Mesopotamia se
encuentra entre los ríos Tigris y Eufrates que a su vez desemboca en el Golfo
Pérsico donde se depositan su sedimento. De seguro todos estos hechos señalados
sugirieron la creación de tierra firme a partir de “aguas primordiales”.
De ahí tenemos a la Cosmogonía egipcia
que tuvo mucha influencia de los babilonios (lo expresa gran parte de su
cultura) donde para ellos el universo era una caja alargada de norte a sur tal
como su país y además alrededor de la tierra fluía el rio Ur-Nes, uno de cuyos
brazos era el Nilo.
Siguiendo el mito babilonio, se encuentra el génesis hebreo, reza los
textos bíblicos que el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas
(aguas primordiales), en el primer día de la creación, la palabra original
(espíritu de Dios) que se traduce comúnmente es ruaj, que en hebreo significa
literalmente viento, lo que se asociaría antiguamente al aire o el soplo como
el ánima o espíritu (ejemplo, soplo divino que se infundió a Adan para dotarle
de alma); Sigue diciendo el texto bíblico, en el segundo día Dios puso el
firmamento entre las aguas superiores e inferiores, tomando el concepto de
firmamento de los babilonios que lo conocían como rakia (firmamento), que
quiere decir vacío (*). Dice además,
que el tercer día Dios separó la tierra firme de las aguas que quedaron abajo
[…], Este hace recordar al mito babilónico del Marduk, nuevamente, el viento
que separa las aguas para formar el mundo, donde la tierra surgiría como
sedimento de las aguas primordiales.
(*) Otros autores (Casiodoro Reyna) Interpretan que
firmamento se entiende también como expansión.
En los antiguos Hindúes también se encuentran variadas versiones de la
creación del mundo y donde lo común en ellos es que el universo nació de un
estado primordial indefinible (caos primordial) que después llegará a su fin
iniciando un nuevo ciclo de creación. Según los mitos hindúes el universo era
una superposición de tres mundos: el cielo, el aire, la tierra. La tierra era
plana circular, el cielo tenía siete niveles donde el séptimo era una morada
sagrada (Brahma) los otros tenían que ver con la tierra y el infierno (**).
En la concepción del universo China esencialmente (Siglo IV AC) el cielo
y la tierra son separados por una distancia de 80,000 li (medio km),
posteriormente hubo una modificación dando lugar a la teoría de hun tíen (cielo
envolvente) en la cual se considera al cielo como huevo de gallina, y donde la
tierra sería la yema (centro del universo, aunque discutible) que se encuentra
sola y en el centro. El cielo es grande, la tierra es pequeña. Posteriormente
las teorías cosmogónicas en China giraban alrededor de la idea que el universo
estaba formado por dos sustancias: el yin y el yang. El yang fue arrojado a la
periferia y se formó el cielo. Mientras que el yin inerte se quedó en el centro
y se formó la tierra. Hoy se sabe que el yin yang es la dualidad fundamental
del monismo filosófico (Ley de Contradicción).
En Mesoamérica o América Central donde
floreció la cultura Maya, también tuvieron una concepción del mundo basado en
experiencias de medición astronómico, aunque poco afortunado en la construcción
de su cosmovisión; creían en la existencia de los siete cielos planos y
superpuestos, y de otros tantos niveles subterráneos, donde residían dioses y
demonios. El mundo había sido creado por Hun ab Ku a partir de aguas
primordiales.
En
el Inkario también hubo una cosmovisión solo que estaba dividido en clases uno
para la nobleza y otro para el pueblo. Una prueba es que los templos eran muy
exclusivos y utilizados sólo por el Inca y los sacerdotes. Por lo tanto los
templos estuvieron siempre protegidos y cerrados.
En términos
generales, se consideró que todas las deidades estaban subordinadas y creadas
por un Dios invisible, eterno y todopoderoso, que fue nombrado como Wiraqocha.
(**) El siete (7) parece ser un número cabalístico: 7
días de la semana, 7 enanitos, 7 colores del arco iris.
El Dios Wiraqocha
no pertenecía a ninguno de los tres mundos de la cosmovisión antigua de Perú,
por lo tanto, su vivienda no se encuentra en el Hanan Pacha o mundo de arriba
identificado con el espacio sideral, ni en la superficie de la tierra o Kay
Pacha, ni en el Ukhu Pacha o mundo subterráneo. Se trata del dios supremo
por excelencia. No obstante, el Inti o Sol era el dios por excelencia entre los
quechuas. Se sugiere que era el dios más popular, se puede considerar un Dios
concreto, material.
Para efectos de ver como las ideas se
han asentado a lo largo del tiempo, otros negados u olvidados y otras en pleno
desarrollo, enfatizaremos en la cosmogonía de los griegos, por una razón muy
clara, representa la síntesis, pero sobre todo la racionalidad de todas las
concepciones anteriores, basado en concebir al mundo no como una obra de los
dioses sino como el resultado de procesos naturales, por algo en la actualidad
se le considera la “semilla de la civilización occidental”.
Es el caso de los filósofos de la
escuela Jónica (S. VI A.C.) que planteaban que inicialmente el universo se
encontraba en estado de unidad primordial (todo estaba mezclado) y de ahí
surgieron pares de opuestos (yin, yang) caliente frio, mojado seco de cuyas
interacciones surgieron los cuerpos celestes.
A su vez, los filósofos Jónicos concebían a la tierra como un disco
plano que flotaba sobre una esfera celeste. En el siglo V A.C. los griegos ya
habían conjeturado que la tierra era redonda, pero el presupuesto filosófico
pesaba, así que se decidió que tenía que ser esférica, No olvidemos que la
influencia filosófica de Platón era preponderante hacia un mundo perfecto, y la
esfera – para ellos – era una figura perfecta. Pitágoras se quedó con este
último concepto; y que por cierto ha permitido, a la ciencia dar un salto
cualitativo, pues así como se admiten los astros como esferas perfectas, así
también se entendía que las “órbitas” eran esferas perfectas.
Hemos hecho un recorrido meteórico de
las concepciones cosmogónicas a lo largo de la historia y podemos decir como
Jou David [1] que: “se superponen
teoría y observación, perseverancias sistemáticas, exaltaciones místicas y
sospechas laberínticas”. Al final de este recorrido también nos damos cuenta
que cada vez que nos preguntamos que es el universo sería una respuesta en construcción pues
siempre habrá nuevas evidencias y por consiguiente nuevas respuestas que sería
de nunca acabar; así mismo cuando se establece si el universo ha tenido origen,
esto nos lleva a la causa o a la causa de la causa y de ahí a quien lo hizo, lo
que actualmente llaman el diseño inteligente,
o un Dios que siendo etéreo, como se manifiesta, hace posible toda la
variedad en el universo; en todo caso hasta donde un científico tiene la
frontera del trabajo y del pensamiento y en todo caso, el universo ¿tiene
fronteras? Bueno, sigue las dudas y está bien que así sea porque eso nos dice
que tanto todavía tenemos que avanzar.
¿Que actitud debemos tener los
profanos en estos temas?, de seguro será una actitud crítica, pero con una concepción
de avanzada, basado a su vez en las evidencias por los científicos descubierto,
y que recoja todo el legado dela humanidad procurando interpretar mejor las
leyes en nuestro caso del universo.
De lo escrito consideramos que la
tendencia es en los posteriores años, los amplios problemas metodológicos y
concepcionales que plantean los conocimientos científicos modernos, todo ello de
no tenerlo claro, dificultaría el desarrollo de la ciencia sobre todo en países
como el nuestro.
Referencias
[1] JOU David;
Reescribiendo El Génesis, De la gloria de Dios al sabotaje del Universo;
Editorial Planeta Mexicana, 2008; 277 pp.
[2] RIOS QUISPE,
Mario; Discurso de Clausura: Materia Oscura, Curso Internacional a cargo de
Wilder Chicana N. Planetario Luis E. Erro México DF.
[4] SHAHEN Hacyan;
El Descubrimiento del Universo; Las Ciencias desde México Nro 6; SEP; Fondo de
Cultura Ecconómica México DF; ISBN 968-16-2393-2; 157 pp.
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