ALGUNAS VIVENCIAS
DE REFORMA EDUCATIVA
Mavilo
Calero Pérez
Profesor Mavilo Calero Pérez |
1.- REFORMA
EDUCATIVA EN AYACUCHO.- En 1970 se seleccionó 421 entrenadores para la reforma
educativa, de 15,489 postulantes. Fueron implementados intensamente. En
1972, en cada departamento del Perú se instalaron equipos polivalentes de entrenadores para
iniciar el reentrenamiento docente. El
equipo integrado por Gaby Fujimoto, Olga
Gamboa, Elsa Maraví, Bety Quispe, Alvaro Camposano, Emilio Murillo y Mavilo Calero fuimos destacados a Ayacucho para
atender los Núcleos Educativos Comunales de Huamanga, Cangallo y Huanta.
Reentrenamiento implicaba cambio de actitudes,
reestructuración de contenidos y uso de nuevos instrumentos de aprendizaje.
En la etapa de concentración, de enero a mediados de marzo, se implementaba las áreas ideo política y educativa, de
lunes a sábado, de 8 am a 1 pm, Los
docentes acudían con notorio interés.
Las actividades eran dinámicas, variadas y participativas, en grupo total o por
grupos pequeños según los casos. Nos esforzábamos en desarrollar actitudes de
criticidad, creatividad y cooperación, intensiva y extensivamente.
Los entrenadores luego del almuerzo seguíamos
trabajando hasta altas horas de la noche, implementándonos y preparando
materiales para el día siguiente. Los docentes al vernos trabajar en ese ritmo,
a libre iniciativa, acudían, revisaban libros, revistas,
periódicos,…dialogaban, discutían, particularizaban, comparaban, diferenciaban,
ejemplificaban, objetaban y
ampliaban las exposiciones de los
ponentes. Debatían hasta altas horas de la noche. Ninguno se sentía dueño de la
verdad, por ser profesionales en educación, haber realizado cursos de posgrado
o tener mucha experiencia. Otros hacían
prácticas deportivas, teatrales, musicales, folclóricas, preparaban materiales
educativos, investigaciones, etc. Eran
ejemplo de estudio y trabajo permanente. Más podía su juventud espiritual que
la edad avanzada de algunos de ellos. Cada uno
percibió mil quinientos soles como estímulo, a más de libros, separatas,
conferencias, conversatorios y participación en eventos múltiples.
Durante el
año escolar los entrenadores, en carro, a pie o a caballo, llegábamos a todos
los planteles en visitas de supervisión y seguimiento. En las mañanas
trabajábamos con los estudiantes, para ver los avances del desarrollo del
currículo integral diversificado. La acción educativa cubría, en forma
integrada, conocimientos (teórico
práctico), actividades (experiencias, procesos), capacitación para el trabajo
(técnicas, habilidades, destrezas para los procesos productivos) y orientación
y bienestar del educando (apoyo metodológico, psicológico y asistencial
correspondiente).
En las tarde
laborábamos con los profesores reentrenados para evaluar y supervisar sus
logros, dificultades y/ omisiones, en un ambiente democrático. Revisábamos el diagnóstico situacional que habían
elaborado, la planificación y desarrollo
curricular y otros aspectos pedagógicos y administrativos. Se les ofrecía alcances de ser necesarios, luego de felicitar
sus fortalezas y avances. Era extraordinario el compromiso docente, laboraban
con notorio entusiasmo con sus colegas,
alumnos y padres de familia.
En las noches nos reuníamos con los padres de familia, que
recién retornaban de sus actividades agrícolas y miembros del Núcleo Educativo
Comunal para afrontar sus debilidades o resaltar sus fortalezas. Nos reuníamos
alumbrados por un mechero, velas o lámpara. En todos se manifestaba gran compromiso. Se consideraba la obra
educativa como función social, de responsabilidad comunitaria.
En cada NEC existía un centro director y un número variable
de centros educativos. Con el director y especialistas trabajábamos en cada
comunidad en función de las problemáticas que afrontaban. En esas
circunstancias los profesores reentrenados laboraban con nosotros, mañana, tarde y noche, su
participación era necesaria y provechosa. Se optimizaba el uso de las
instalaciones y equipos educativos, se generaban acciones intersectoriales, se
desarrollaban proyectos en función a cada realidad, etc. Durante el año
mínimamente visitamos de dos a tres veces todos los centros educativos de cada
red nuclear.
2.- ACCIONES Y REACCIONES DE UNA EDUCADORA REENTRENADA
En
1974, en un centro educativo de Huancayo, una directora ensimismada y con
escaso compromiso con la mejora de la calidad educativa, extrañada de que la
profesora Zenaida Gamarra Medina, se preocupaba del bienestar emocional de una
alumna y realizaba diálogos con los padres de esa niña, trató de limitar sus
actividades.
La niña afrontaba problemas familiares.
Era víctima de la desunión de sus progenitores y había bajado progresivamente
en sus rendimientos académicos. La profesora tenía reuniones con sus padres, por separado y aun
con ambos a la vez para hacerles notar el daño que ocasionaban en la niña. La
directora al enterarse llamó a la profesora a su oficina y le dijo que debe
evitar esas acciones y que se contentara con el desarrollo curricular. Le
insistió ¿Qué se preocupa usted de otros? ¿Quién se preocupa de usted? Deje que
cada cual responda dentro de sus posibilidades. No se meta en asuntos
familiares.
La profesora muy hábilmente replicó “yo
no soy enseñante, ni quiero serlo, soy profesora. Así como me interesa
transmitir conocimientos, a mis alumnas, me interesa capacitarlas para el
trabajo, realizar actividades varias y atenderlas en orientación y bienestar
del educando. No hago nada extraordinario. Busco bienestar para mis alumnas y
sus padres, antes que meramente enseñar conocimientos. Mi misión educadora,
dentro de mis posibilidades, es ayudar a solucionar los problemas de mis
alumnitas a fin de ofrecerles mejor calidad educativa a las que tienen derecho.
Que algunas sean pobres de economía o afronten problemas familiares no es culpa
de ellas. Ellas necesitan mi ayuda. Déjeme trabajar con profesionalismo. Nos
hemos reentrenado y comprometido con la reforma educativa no para pasar
indiferentes ante las realidades de nuestras estudiantes sino para atenderlas
integralmente. Olvidemos los errores y prejuicios de antaño”.
Pasado unas semanas la profesora se
manifestaba contenta de haber logrado los objetivos formativos e informativos
que se propuso. La familia se recompuso, la alumna recuperó su bienestar
afectivo y mejoró sus logros académicos. Fue un éxito educativo.
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