TRASCENDENCIA EDUCATIVA DEL DOCTOR PEÑALOZA
EN MI VIDA PROFESIONAL
Prof. Mavilo Calero Pérez
Tradicionalmente en escuelas y colegios dieron y dan solo o preferente preparación académica. Gracias al currículo integral implementado en La Cantuta a muchos preocupa el desarrollo físico, psicológico, social y espiritual de la persona.
Los ideales y realizaciones de la Escuela Normal Superior “Enrique Guzmán y Valle” destacan en la historia nacional e internacional. Nació con la consigna de EDUCAR AL HOMBRE EN TODO CUANTO TIENE DE HOMBRE, para no satisfacernos con solo actos instructivos y peor aún con simples memorismos.
Cuando su fama creció en Latino América diferentes gobiernos enviaban a sus representantes a estudiar en las aulas cantuteñas para embeberse de sus adelantos y retornar al país de origen a implantar la novedad.
Estudié en La Cantuta de 1955 a 1958, ocupando la beca por Pasco, nuestros maestros nos educaban con el ejemplo. Nos persuadían a dar intensidad y sentido a nuestra existencia y al mejor ejercicio profesional. Allí aprendimos a vivir con criticidad, creatividad, solidaridad y compromiso. Las exigencias profesionales estaban ampliadas y reforzadas con la intensiva y extensiva vivencia de valores.
1.- VIVENCIAS QUE MÁS ME IMPACTARON.- Los lunes por la mañana, el Dr. Peñaloza nos alcanzaba algunas novedades y/o recomendaciones. El diálogo era fluido.
Anibal Quijano nos hacía conocer y reconocer el Perú a través del análisis de nuestras vivencias. Walter Leiblinger era muy exigente con los futuros docentes de primaria, en todo campo. Bertha Rodríguez y Guillermo Paredes eran muy meticulosos en la elaboración y uso de los materiales didácticos. El Profesor Emérito Cesar Oré y Luque, vencido por la edad, apasionadamente nos refería de sus experiencias docentes.
Teníamos clases mañanas y tardes y por las noches variadas actividades culturales organizadas por la institución o por los alumnos. Los domingos algunos iban a misa, no era obligatorio.
Los bailes de gala que se realizaba en el amplio ambiente del comedor, con ocasión del Día del Maestro, con las mejores orquestas de Lima y muchos invitados, eran inolvidables. Nadie bebía licores, solo refrescos y bocaditos. Comenzaba a las 4 y terminaba a las 7 pm.
En 1956 La Cantuta inició la profesionalización de los maestros en servicio. Postularon 1489 e ingresaron 128. Al año siguiente el Ministerio de Educación abrió curso paralelo, sin criterio selectivo, solo de estar laborando y resultó un engaño. Para el Ministerio la educación era problema de cantidad y no de calidad.
En 7 de noviembre de 1958, a iniciativa del Dr. Peñaloza las universidades de San Marcos, La Católica, Arequipa, Trujillo, Cuzco y La Cantuta realizaron la Primera Convención Nacional de Decanos y Directores de Centros Universitarios formativos del magisterio, pero no todos cumplieron el compromiso.
En defensa de nuestra Escuela, en una manifestación en Lima a los directivos, profesores, alumnos y empleados cantuteños y delegaciones sindicales y universitarias, conformadas por hombres y mujeres, la policía nos arremetieron con varas y caballos, a más de rochabus y bombas de gases lacrimógenos. Toda la noche llegábamos a la enfermería, solos o acompañados, heridos, cojeando, con o sin dinero y documentos.
2.- TEMED AL HOMBRE DE UN SOLO LIBRO.- Por disposición del Dr. Peñaloza en la parte superior, interna, a la entrada de la biblioteca, se inscribió con letras grandes, en bronce, esa frase de Santo Tomás de Aquino, que nos motivaba a encarar cualquier tema acudiendo a diversas fuentes.
Él era un brillante filósofo, con gran dominio de gnoseología. Hacía exposiciones con especial amplitud y profundidad. Admirábamos su manera de explicar, de buscar calidad de aprendizajes en sus oyentes.
Por su influencia comprendimos que para aprender había que poner en juego la reflexión. Era indispensable estudiar de modo activo, pensando, analizando, comparando, especulando, profundizando, generalizando, sintetizando, discurriendo, deduciendo, imaginando, definiendo y evaluando.
Esas experiencias hicieron que seamos reflexivos y no actuemos como borregos obedeciendo un solo criterio. Gracias a él aprendimos a vivir no solo el valor de la verdad sino también los valores de la justicia, de la ética, de la divinidad, de la estética, …
3- INSTRUIR ES FÁCIL, EDUCAR TIENE SUS RIESGOS.- En el centro minero de Atacocha de propiedad del senador Edgardo Portaro, a postrimerías de julio de 1959 los obreros hicieron huelga. Sus esposas salieron en marcha de protesta. Ante un incidente arrojaron piedras sobre la policía. Estos hicieron uso de sus armas. Una madre cayó muerta. El ambiente se puso tenso.
Para entonces era Director de su Escuela Fiscalizada. El 27 de julio, en la ceremonia, teníamos que cantar el Himno Nacional. Decidí confesar “…Me siento inseguro de cantar nuestro Himno Patrio porque que nadie está libre de ser muerto. Ayer mataron a la madre de un alumno mío, por el delito de reclamar mejores salarios de sus esposos. Nadie está libre de sufrir otra desgracia. En esas condiciones cómo sostener que somos libres”. Finalmente bajé de tono y cantamos.
Se acercó un oficial y preguntó por mi nombre y si había estudiado en la Cantuta. Se comentaba que iba a ser apresado. Mi colega Edgardo Merino alistó ropa ajena, en una habitación próxima cambié de vestimenta y salí caminando por la cumbre rumbo a Milpo para continuar viaje a Cerro de Pasco. Durante mi ausencia habían capturado a mis colegas y los habían sometido a largos interrogatorios.
De eso se valió el Senador por Pasco, a más del senador por Cusco Antonio Astete Abrill que se quejaba de que el profesor Antonio Cusihuamán Gutiérrez insinuaba a los lugareños a que se apropien de sus tierras. Ambos denunciados éramos egresados de La Cantuta. Mandaron llamar al doctor Peñaloza, para increparle de la clase de profesores que prepara y exigirle que vuelva a la antigua manera de formar docentes.
El doctor Peñaloza serenamente respondió: “Los principios de la Doctrina Cantuta, … las actitudes de nuestros egresados no son motivo de vergüenza sino de orgullo porque alcanzan los ideales del nuevo maestro, de líder social, que el Perú necesita. Nosotros no formamos instructores sino educadores….”.
En esas circunstancias otros senadores apoyaron la propuesta del Senador Celestino Manchego Muñoz, dueño de casi todo Huancavelica, para quitar la autonomía y rango universitario a la Escuela Normal Superior La Cantuta, mediante ley 17437.
En ellos resaltaba el temor a la educación integral y permanente que hacía La Cantuta, preferían la instrucción tradicional que adormecía a los gobernados. A los plutócratas no les interesaba el atraso del país sino sus beneficios personales.
4.- INTROMISIÓN POLÍTICA EN EL MAGISTERIO.- Cuando trabajaba en Atacocha se convocó al concurso de cátedras de la flamante Universidad Comunal del Centro del Perú - Filial Pasco. Logré ganar una cátedra de la facultad de educación. Mis alumnos trabajaban en la ciudad de Cerro de Pasco, con apoyo de los parlamentarios. Yo, como profesional en educación, estaba en desventaja, trabajaba lejos y desde allí tenía que desplazarme para asumir mis responsabilidades docentes en la universidad.
El magisterio pese a tener ribetes profesionales era manoseado por los políticos de cada época. El carnet político valía más que el título profesional. El sectarismo político fue el cáncer de la dignificación docente y de la calidad educativa.
El Dr. Peñaloza exigía selección de profesores, alumnos y empleados, exhibía las tarjetas de recomendación que le llegaba y rechazaba toda práctica de deshonestidad.
Conocedor de que el Inspector de Educación, no tenía decisión en el movimiento de personal, acudí a los parlamentarios por Pasco a exponer mi caso y solicitarles un derecho y no un favor, que autoricen mi traslado por unidad familiar, a Cerro de Pasco.
5.-. UNA ESCUELA NACIDA SIN NADA, CON SOLO UNA RESOLUCIÓN.- A corto tiempo crearon la Escuela Fiscal de Varones No 5017 de Paragsha. A ésta me asignaron. No sé si por medirme o castigarme, se creó sin local escolar, sin un mueble, sin una pizarra, sin una tiza, sin una escoba, sin una bandera, sin un papel, pese a ser el barrio más pobre de la ciudad, con 129 alumnos de transición, primer, segundo y tercer años. Unidocente. Era obvia la inequidad educativa e irresponsabilidad política.
Convencido de que donde hay juventud hay alas, hay amor, asumí el reto. Actuaba con optimismo y decisión.
Los padres no podían pagar el arriendo de la casa de dos ambientes que ocupábamos. Los niños traían cajoncitos, tablas y adobes para utilizarlos como carpetas o asientos. Improvisé dos pizarras para hacer las clases, por turno, en cada aula.
Nadie quería alquilar su casa al Estado, todos desconfiaban de sus negligencias. Ante esas contingencias decidí gestionar, ayudado de algunos padres, la donación de un terreno para la escuela a la Empresa norteamericana Cerro de Pasco Cooper Corporation. Nos obsequiaron una hectárea en la calle Ayacucho.
Ilusionados, con los alumnos mayores iniciamos el limpiado del terreno. Algunos padres decían que mandaban a sus hijos a la escuela a estudiar y no a trabajar. Les expliqué las razones y les solicité su colaboración. Estimaba que trabajar y estudiar no eran incompatibles y hacía que el trabajo esté en relación con su realidad, con su edad y posibilidades.
Mientras la comunidad vivía angustiada, en búsqueda de pan y de Dios no nos encerrábamos en el tradicionalismo. Porque la tendencia academista deforma la personalidad de los niños hacíamos que el currículo se complemente con trabajos, deportes, paseos, folclore, música y juegos.
No pretendíamos estar en casa alquilaba durante 15 o 20 años como otros centros educativos. Elaboré el plano de la primera fase, con 3 aulas y una dirección, para que practicando el colectivismo andino solucionemos nuestro problema, ya que la mayoría de los padres procedían de áreas rurales.
Entonces se trabajaba mañanas y tardes, pero entusiasmado trabajaba mañanas, tardes y noches, sábados y domingos. Logramos instituir el Comité Pro Construcción del Local Escolar y que un albañil, que vivía en el barrio, dirija la obra, de manera generosa. Iniciamos las faenas dominicales de 8 de la mañana a 1 de la tarde. Acudíamos director, alumnos mayores y padres de familia. Pasado el tiempo ya se veía crecer las paredes. Para los terrados, techado, entablado y colocación de puertas y ventanas solicitamos apoyo a Cooperación Popular y nos atendieron. A más de año y medio logramos inaugurar nuestro local escolar. En el frontis lucía un letrero que indicaba “EL PUEBLO LO HIZO”.
El flamante local escolar era cuidado por todos los vecinos, lo consideraban muy suyo. Fiel a nuestros principios hicimos de la comunidad el medio y el fin de la educación.
Niños, padres y profesor logramos comulgar con Yan Hsin Pao cuando decía “La ignorancia como la pobreza son imputables al hombre, no se puede extirpar la una y la otra, sino animando al hombre a ayudarse a sí mismo.”
Al año siguiente la Inspección de Educación nos asignó dos maestros y nos cedieron algunas carpetas bi personales. Ahora, es la prestigiosa institución educativa 34033.
6.- UNA PRESENTACIÓN DIFERENTE.- Nos llegó las normas para el desfile del 28 de julio. Recordando que como cantuteño gritaba “queremos ser autónomos y no autómatas”, opté por no cumplirlas. Quería educar resaltando nuestra identidad, juzgando que no solo los militares aman a la Patria sino cada quien de acuerdo a sus circunstancias. Sabiendo que mis paisanos daban mucha importancia a los desfiles decidí resaltar nuestra participación.
Solicité a la Empresa Minera San Expedito nos obsequie un estandarte en tanto los hijos de sus servidores estudiaban en nuestras aulas. Muy comprensivamente nos envió su donativo. Por igual cursamos oficios petitorios para que nos obsequiaran algún instrumento de banda de guerra. Algunos amigos y profesionales conociendo nuestra realidad nos regalaron 3 tambores y 5 cornetas. Los padres se entusiasmaron y organizamos un baile social pro adquisición de un bombo y lo logramos. Un vecino nos obsequió dos triángulos metálicos.
En las mismas aulas preparamos mochilas de cajitas de zapatos, pintados de marrón para que portaran en el desfile. Los niños usaron el casco con el que sus padres acudían al trabajo. Según sus posibilidades, usaron el uniforme kaki, pantalón y camisa, algunos nuevos y otros remendados pero limpios.
La primera y tercera compañías se presentaron con una lampa pintada de rojo, sobre el hombro y la segunda compañia con picos blancos. Se veía una bandera peruana. Cuando ingresaron a la pista de desfile, el público enfervorecido los aplaudía porque les hacía vivir su identidad, ¡un pueblo minero!.
7.- LIBRO PROHIBIDO.- Siempre fue riesgoso discrepar con el Ministerio de Educación pese a sus errores y omisiones, o negligencias y abusos.
Se dictó el D.S. 25, el 26 de junio de 1959, disminuyendo un año de estudios en las Escuelas Normales. Juzgaban que el maestro primario no necesitaba mucha preparación. Ignoraban que todo docente, ya no solo debe instruir sino educar y para eso se necesita mayor y mejor preparación.
El Ministerio de Educación trataba de destruir a La Cantuta, le creaba problemas y la desacreditaba. Una maestra al no ser atendida su solicitud de traslado por motivos de salud se suicidó, aventándose del piso 13 de ese Ministerio. Destaqué esos hechos en mi libro MAESTRO: TRAGEDIA Y ESPERANZA, en 1963.
A la escuela donde laboraba llegó la orden que me constituya “al término de la distancia” al quinto piso del Ministerio de Educación. Acaté la orden. Me llevaron a una oficina, llegaron 5 “autoridades” ensoberbecidas, me amenazaron de variados modos, pretendían mandarme preso por falta de respeto a la autoridad, retirarme del servicio docente pese a mi calidad profesional, me acusaban de comunista, me obligaron a retirar del mercado el libro que según ellos lesionaba la dignidad del Ministerio. Accedí esta última opción, agravando mis modestas economías. Algunos ejemplares obsequié a los medios de comunicación para motivar la difusión de su contenido.
Pasado unos años, en un Congreso Internacional de Formación Docente, en Santiago de Chile, uno de los organizadores, con el libro en la mano, emplazó a los peruanos a que informen sobre los correctivos del Ministerio de Educación en torno a los aspectos planteados por Mavilo Calero, su compatriota. Ellos ignoraban del libro y no conocían al autor. A su retorno uno de ellos me ubicó y comentó el hecho.
8.- PREJUICIOS OCUPACIONALES.- En 1961 cuando trabajaba en la Universidad Comunal del Centro del Perú– Filial Pasco, en la cátedra de alfabetización comunal y simultáneamente como Director de la Escuela 5017 de Paragsha, en una sesión el abogado Juan Abregú Galván, que laboraba en la cátedra de sociología, advirtió quen “admiraba mi labor y prestigio como maestro primario en las mañanas y que no admitía que en las noches actuara como catedrático en la universidad”. El INEI 3 nos facilitaba sus aulas en las noches y sábados y domingos.
Ante esa intervención le indiqué que soy tan profesional como él y con estudios de post grado en Educación Fundamental y en Supervisión Educativa y que trabajar con niños es asunto de especialidad y no desmerece mi actuar en la universidad, soy profesor primario egresado de La Cantuta. Luego destaqué que él es abogado y exige que le traten de “doctor” pese a no tener mayores estudios. Según su mentalidad el ejercicio profesional es honorable cuando se trabaja con jóvenes o adultos y no con niños. Traté de destacar su escaza información sociológica y educativa.
Recordando a Ortega y Gasset cuando decía “cómo podré hablarle del mar a la rana si nunca ha salido de su charco” decidí que exponga sus prejuicios. La escena evidenció realidades e incomodó a otros docentes. Esa universidad, hoy, es la Universidad Nacional Daniel A Carrión.
9.- EL PECADO DE CONOCER Y DIFUNDIR LA REALIDAD.-Cuando escribí y publiqué mis poemarios “Ccoyllur”, luego “Pan prohibido”, por sus mensajes sociales me investigó la PIP. Gracias a los profesores de La Cantuta aprendí a valorar y conocer la realidad como pre requisito para educar, pero eso estaba vedado en la Capital Minera del Perú, por mandato de la patronal y obediencia ciega de sus guardianes.
Fui detenido, revisaron mi domicilio. Dos policías me llevaron a sus oficinas y con preguntas cruzadas, me investigaron toda la noche. Insistieron en que diga quienes eran mis amigos, por qué escribía esos poemas, si había leído los libros de José Carlos Mariátegui, si tenía algo pendiente con los grupos de poder de la región, por qué no me dedicaba exclusivamente a mis tareas docentes, por qué admiraba a los pobres, por qué no permanecía indiferente a los acontecimientos mineros y campesinos y muchas otras preguntas capciosas.
Tenía el temor de que me envíen a la cárcel de Huancayo como hicieron con otros. A las 9 de la mañana me dieron libertad, recomendándome variar mi conducta frente a las compañias mineras y autoridades de la región.
Entonces, como ciudadano, padre o maestro tener pensamientos divergentes y honestos era riesgoso. Esperaban que tengamos conducta sumisa, servil, incondicional, satisfecha. Estaba prohibida el pensamiento crítico y la solidaridad, exigían que seamos inertes, aislados de la realidad. No veían la necesidad de promover valores como persona y sociedad para ser más felices y menos corruptos.
Juzgaba que como maestros tenemos que educar no solo en el aula sino en toda instancia y eso fue mi pecado. En esta sociedad injusta consideraba insuficiente instruir, con mis escritos quería educar en, por y para la vida, pretendía despertar la conciencia del pueblo.
Medio siglo después de esas ocurrencias Alejandro Padilla Mayuntupa en su novela “La rosa de plata”, (Editorial San Marcos - 2010), en más de diez páginas, hace alusión a esas circunstancias que viví.
10.- REFORMA EDUCATIVA: REENCUENTRO CANTUTEÑO.- El Decreto Ley 19326 que alegraba a los olvidados y entristecía a los privilegiados, con el concurso nacional para entrenadores promovió el gran reencuentro de profesores y egresados de la gloriosa Cantuta.
Nos reencontramos con Los doctores Walter Peñaloza, Sebastián Salazar Bondy y Emilio Romero buscando desarrollo humano y del país. Reconocimos que la sociedad tradicional no cambia solo educando a los hombres y dejando intacta la estructura socio económica básica. Asumimos los lineamientos de la reforma educativa en afán de liberación y afirmación de nuestro ser nacional.
En los reentrenamientos docentes los debates ideo políticos eran intensos y continuos. Por primera y única vez la educación y la cultura tenían apoyo de los medios de la comunicación social. Se creó los Núcleos Educativos Comunales. Se usó el currículo integral. La imagen del maestro enseñante fue sustituida por la del maestro educador.
Laborábamos comprometidamente en costa, sierra y selva hasta que a postrimerías de agosto de 1975 un traidor de las causas nobles de la patria asumió el poder, truncó el proceso revolucionario y la reforma educativa a fin de retornar a la colonización mental de los peruanos y ampliar su colonización social, cultural, política y económica. Volvimos al pasado, con el agravante de que los gobiernos “democráticos” continuaron con ese actuar. Mientras, Finlandia que inició la reforma educativa casi en la misma época que nosotros continuó hasta destacar a nivel mundial en resultados educativos, cambio de su economía de agropecuaria a industrial y elevación de sus niveles de vida.
Nuestra grandiosa experiencia educativa no fracasó, solo se truncó, retomémosla para cumplir los sueños de ideólogos y ejecutores de esa gran reforma educativa.
11.- MAESTROS CON MÁS DEBERES Y MENOS DERECHOS.- El Dr. Peñaloza corrigió tantas anomalías en el trato al magisterio. Con ánimo de equidad, a sus estudiantes exigía iguales requisitos de ingreso, iguales condiciones de estudio, para obtener iguales títulos y luego iguales haberes acordes a sus condiciones profesionales. Gracias a estas exigencias se superaron prejuicios y se unificó el gremio docente, nació el SUTEP.
Ante este panorama, contrastando la ley 29944, de reforma magisterial, y otras funestas normas legales luchemos por el logro de nuestros derechos conculcados, como lo hizo el Dr. Peñaloza en las calles defendiendo con perseverancia la autonomía de La Cantuta y la dignidad del magisterio.
Cumplido nuestros deberes con vastedad, por exigir nuestros derechos muchos fuimos sancionados. Todos apoyan nuestros reclamos, solo los políticos quieren mantenernos en hambre para distraer nuestra tarea. No es justo que para el ejercicio de nuestros deberes nos exijan más que a Dios y para atender nuestros derechos nos vean menos que a hombre. Ante esa inequidad asumir acciones de defensa es acto educativo, luchando también se educa.
Es oprobioso que un congresista tenga como ingreso más de 20 mil soles, que un ministro gane 30 mil a más de otras prerrogativas, mientras un profesional en educación gane 2 mil soles y un maestro jubilado superviva con menos de mil soles. Esa discriminación dificulta la supervivencia y el trabajo del maestro. Luchemos para asegurar nuestra canasta familiar y la del pueblo en su conjunto para no tener alumnos con hambre.
12.- CORRUPCIÓN POLÍTICA Y AGRAVIOS AL MAGISTERIO.-Cuando gané el concurso convocado por el Gobierno Regional Andrés A Cáceres para cubrir la plaza de Director General de Educación de la Sub región Pasco, el 26 de febrero de 1991 ya se sabía de los resultados pero no lo dieron oficialmente, manipulado por el Secretario de Asuntos Sociales, sino 7 meses después, en afán de proteger al correligionario tachado por múltiples irregularidades.
En setiembre acudí a Cerro de Pasco a denunciar a los directivos del gobierno regional y exigir el respeto a mi derecho adquirido en el concurso que ellos convocaron. Pasado un mes el Vice presidente de la región telefónicamente me solicitó que viaje a Cerro de Pasco a asumir el cargo para el cual había postulado. Me tomaron el juramento de estilo.
Enterado de los actos de discriminaciones, nepotismos, acomodos, encubrimientos, favoritismos, rapacidad y otros, para impedir que el secretario de asuntos sociales, otros políticos y dirigentes sutepistas sigan traficando con la docencia implementamos a nuestros colaboradores para contribuir a la dignificación el magisterio y luchar contra los antivalores que dificultaban nuestro desarrollo educativo.
Ante esas realidades recordé y retomé los valores que también vivió mi Maestro Walter Peñaloza. Evocaba su liderazgo en la vida diaria, académica, administrativa y pública. Su presencia en mi memoria y corazón me invitaba a seguir su ejemplo. De él aprendí que la educación debe ser el sostén y garantía de la democracia.
Inscribimos en nuestras paredes, al ingreso del edificio, “Maestro: respétate, respeta y hazte respetar”. Frente a mi oficina, “En Pasco la única jerarquía del maestro nace y debe nacer de la capacidad y no del favoritismo”. Así los traficantes desistieran de sus pretensiones.
Convoqué a los responsables de los medios de comunicación y les solicité su ayuda para denunciar el libertinaje. Cada mes nos reuníamos con ellos a evaluar los avances. Merecimos el apoyo del Frente de Defensa de los Intereses de Pasco. La unión hizo la fuerza. Ante los logros todos nos sentíamos felices.
De cuanto expongo hay documentos, diarios, libros, revistas, actas, anécdotas, fotografías, videos… que confirman la veracidad de los hechos.
¿Dónde aprendí esa conducta?. En La Cantuta, tan igual como lo hicieron mis colegas. Ese comportamiento la población nacional debe aprenderlo o reaprenderlo para hacer frente a la corrupción generalizada que vivimos. Urge que mejoremos nuestra formación humana con las luces que dio y sigue dando la Universidad Nacional de Educación, por influencia de su Rector Vitalicio Dr. Walter Peñaloza Ramella.
