Perú
Realidad Actual, Corrupción, Elecciones y Agudización de
las Contradicciones en el seno del Poder
Por:
Mario Rios Quispe
Realidad Actual desde una perspectiva
diferente
Dicen los clásicos que, mientras haya
predominio de propiedad privada sobre la tierra y sobre los medios de
producción, el sistema capitalista no cambiará y por ende la explotación hambre
y miseria que vive nuestro pueblo. Dentro del sistema, los organismos y
aparatos del Estado que lo conforman solo sirven de sostenimiento; es el caso
de los organismos supervisores, controladores y tutelares, donde, además, se
hace impune la corrupción, este último, derivación del sistema; ejemplo, Poder
judicial, Congreso, organismos supervisores entre otros. Tenemos pues un Estado
que se va deteriorando y por consiguiente se va haciendo más opresivo contra el
pueblo en un abierto chispero de contradicciones, donde el parlamento lleva la
peor parte y que por ser una caja de resonancia, expresa lo putrefacto del
sistema
Acerca de la economía capitalista
W. Ropke dice que la esencia del sistema de
la economía de mercado está en que solo puede darse en un sistema competitivo
opuesto al sistema colectivista. Bajo este principio no cabe medias tintas ni
discursos tibios; apoyar una economía de mercado a ultranza como lo hace la
izquierda burguesa, solo serviría para promover el sistema de explotación
comprobándose que la izquierda peruana es la avanzada de la burguesía en el
seno del pueblo, y también parte responsable de toda esta situación en la que
está inmersa nuestra sociedad.
Para el sistema, un Estado promotor sería
aquel que facilita las relaciones de economía de mercado por lo tanto ha de
favorecer los monopolios en beneficio del imperialismo y de la gran burguesía,
esto se expresa en el beneficio a las corporaciones como Odebrecht y empresas
internacionales mineras, como resultado de esto tenemos el latrocinio y robo al
pueblo peruano, y además, las agudas contradicciones que beneficia
principalmente a la burguesía compradora, particularmente al grupo financiero
y gran exportador. Mientras que por el
otro lado el propio grupo manufacturero y la industria en general sufren las
consecuencias de la recesión, y se descarga con gran virulencia sobre las masas
populares, donde por ejem nos obligan a autofinanciar nuestra seguridad social,
pero ellos conservan y hasta amplían la plusvalía en detrimento del pueblo, y
ahora si a eso añadimos la corrupción sería - hablando de forma coloquial - un
robo doble. Además, el capitalismo y las dos facciones de la burguesía hacen
mayor fetichismo, pues hacen ver las relaciones de intercambio, no las
relaciones sociales de producción donde se expresa la explotación detrás de
esos intercambios, y donde se ve claramente, que el problema no es el trabajo
sino, la fuerza de trabajo que es explotación inmisericorde, punto medular de
todo lo que vemos en la actualidad y que explica la corrupción del sistema.
Aspectos jurídicos y corrupción
El Estado es violencia organizada y quien lo
tiene en su poder lo usará según sus intereses e ideologías, a modo de ejemplo,
podría haber un Estado que tenga como programa la soberanía nacional, esto en
el fondo significa emanciparse del imperialismo, que será tarea futura de las
vanguardias políticas.
Veamos el caso peruano donde los actores
políticos tradicionales y la llamada sociedad civil manipulado por los medios sugieren
un golpe de estado, cierre del congreso o adelanto de elecciones para un nuevo
gobierno, que en esencia es lo mismo, pues debemos tener presente que el pueblo
no se beneficiará en nada, si es que no genera su propia vanguardia que procure
el cambio de todo el sistema político.
Como sabemos, ha habido a lo largo de la vida
republicana cambios suaves y bruscos en el Estado, a los cambios bruscos se le
ha denominado “Reestructuración del Estado” que tuvo el Estado peruano en el
Golpe de Estado en el Gobierno de Velazco y del gobierno de Fujimori, donde ha
tenido como único propósito, mayor acumulación del capital en beneficio del
imperialismo, la gran burguesía y la producción monopolista; lo prueba el hecho
de que el Estado va asumiendo cada vez más funciones económicas y hoy casi poco
importa el beneficio del pueblo con una reestructuración cada vez menos
efectiva y de permanente fracaso.
Estamos pues en una crisis más profunda que
la anterior, y que se ve expresado en las agudas contradicciones entre las dos
facciones de la burguesía, una donde están todos los grandes exportadores, el famoso club de la construcción y por el
otro ligado al Estado que pugna por estar en el poder como un sector emergente
pero que ambos, están envueltos en corrupción solo que el sector de la burguesía
compradora tiene casi totalidad de los medios a su mando y por tanto orienta la
opinión en función a sacarle los trapitos sucios al otro sector. Esta aguda
lucha hace eco en el parlamento con el objetivo de tenerlo como piñata, al
Poder Judicial de Gestapo, y a la prensa (waripolera) como orientador de la
opinión pública al servicio de los intereses de la burguesía compradora; para
ello en esta última década, los últimos cinco gobiernos han enfatizado en la
libertad de información y su respeto, lo que en la práctica se ha expresado en
el tremendo beneficio de las empresas periodísticas en dinero (armas
informativas de la burguesía) que supera inclusive – en montos - los programas
de regalías que se recibiera si los pueblos del sur aceptaran el proyecto Tía María;
en esencia, la llamada libertad de información es para los explotadores y sus plumíferos.
La corrupción del que tanto hablan ¿en qué se
diferencia de la plusvalía? Pues, el sistema capitalista tiene a la corrupción
como uno de sus ejes de desenvolvimiento, mientras la plusvalía que es el robo
del esfuerzo del trabajar; en los dos casos corrupción y plusvalía es robo, es
su prima hermana.
En cuanto a la justicia sus deficiencias son
derivadas del ordenamiento caduco del sistema político. El que haya subido Vizcarra
a la presidencia no es para hacer la reforma de la justicia sino para
controlarla en beneficio del gran capital y así seguir explotando más al pueblo
ahora en mayores cuotas de poder que “reclamarán” ahogándose desenfrenadamente en
corrupción. Lo que vivimos es pues la violenta confrontación entre los derechos
conquistados y la presión del Estado peruano. Esta imposición está expresando
posiciones de base fascista; nuevo fascismo: replanteamientos sustitutorios de
la vieja democracia burguesa; un indicador de nuevo fascismo es irse en contra
del parlamento, en esta coyuntura el sistema actual solo le queda generar más fascismo,
y lo vemos cuando el gobierno “pecha” al congreso, le pide reformas ad pedem litterae; la paradoja es, habrá mayor fortalecimiento del poder presidencial sin
partido político; lo que quiere decir que su respaldo viene de la gran prensa y
del poder judicial que lo tiene atado; y esta es la paradoja, no hay ideología,
programa, pero si hay maquinarias de control, presión político y reorientación
constante de la opinión pública.
Por lo tanto, aumenta el nuevo fascismo
aumenta el poder presidencial que a su vez es apoyado por la gran burguesía,
esto lleva a pensar que el poder judicial se someterá aún más al poder político,
y así se usará este poder para encarcelar con débiles pruebas y prisión
preventiva lo que expresa (sin el ánimo de abogar por los corruptos) la
debilidad del sistema; al respecto tenemos que ninguna teoría del derecho
procesal penal acepta las pruebas indiciarias como fundamentales por lo tanto
se está violentando el ordenamiento jurídico y la constitución (este último
enlace entre la política y el derecho); debemos decir además que la actual lógica
del manejo de la prueba indiciaria ha generado un cambio en el derecho de la
teoría de la prueba lo que será usado posteriormente para detener y sofocar las
luchas populares y sus justas demandas.
El paso siguiente de la dinámica del poder en
el Perú es una centralización absoluta y esta será la negación de los
principios demoburgueses del Estado Peruano, aparte que son violadores
sistemáticos de la constitución como ya hemos visto y donde la “participación
política de la sociedad civil” será parte del ordenamiento de la sociedad
vigente y su sostenimiento pero con mayor deterioro.
Para este contexto actual hay un reto para la
intelectualidad que es básicamente pequeño burguesa, y aun así es importante su
rol al servicio del pueblo hoy como esclarecedores de la situación social
política y económica, en el futuro serán indispensables en los cambios sociales
inexorables. Aunque hay que barrer el derechismo y pesimismo en los
intelectuales, lo que exigirá un
trabajo más amplio en el debate y la lucha de dos líneas.
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