BIOETICA Y SALUD PÚBLICA
Por: Lic.
Mario Rios Quispe
Docente
por Convenio, Universidad Estatal Rusa de Samara – INNOVAS - Perú
Uno de los mayores desafíos para
los estudios de la
bioética es ligarlo a los temas de la salud pública; ya que lo que prevalece es
el aspecto tradicional o estándar de los temas de la bioética basada en la
cuestión médico – paciente, fundamentada en los principios de autonomía,
beneficencia, no maleficencia y la justicia; todas estas de carácter personal,
y que está a su vez basado en la declaración universal del hombre, pero que en
el panorama actual de la salud, de abierta socialización e imbricada red de
problemas que conllevan a una situación global como es en los últimos casos las
epidemias de la era moderna tales como el H1N1, ébola, y los problemas de
obesidad y sobrepeso a nivel mundial que ha trazado problemas subsecuentes con
problemas insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial, enfermedad coronaria,
entre otros.
Sin embargo, es bueno mencionar que lo que se
plantea líneas arriba no es un desdén de lo avanzado en bioética sino más bien
consideramos es un fundamento de lo que debe ser hoy y en perspectiva la
bioética; uno de ellos es la dignidad como valor primario de la bioética, al
respecto dice Francisco Javier “La cuestión principal a la hora de establecer
una base sólida de normas éticas para el desarrollo de la investigación
científica y los cuidados de la salud,
es fundamentar y ahondar el sentido de la dignidad humana” [1] vemos que si bien el elemento dignidad es crucial y clave para
entender la bioética, esta sigue siendo individual, al respecto Marina Válgoma
manifiesta “Digno es aquello que por lo que algo destaca entre otros seres, en
razón del valor que le es propio” [2].
Estos planteamientos constituyen la base de la bióetica basado en las
cuestiones individuales de médico – paciente; pero ¿qué hay de los aspectos
colectivos? Sobre todo en la actualidad donde las cuestiones sociales de la
salud se están enfatizando más por problemas de falta de acceso a mejores
condiciones de vida, estrechez económico e inadecuada gestión.
Para explicar esta última parte podemos ir por dos
vías las primera de ellas corresponde a las distintas corrientes de la bioética
que denotan diversos sesgos epistemológicos, tales como la bioética aprobativa,
la bioética humanista la bioética evolutiva, la bioética teleológica, y la
bioética de la solidaridad, este último atingente con la propuesta de ligarlo a
la salud colectiva. Diremos entonces que en cualquiera de los casos siempre
“hay una raíz objetiva y que tiene que ver con el decurso de la historia y sus
modos de producción que han ido delimitando escuelas que se han dado según los
intereses que perseguían” [3].
Esto nos lleva plasmar y poner a debate una
bioética más social, dado los cambios científicos tecnológicos y la
movilización creciente de la sociedad, y donde la salud pública ha cobrado
vigencia por la urgente necesidad de preservar la salud en función a las
colectividades humanas; en tal sentido, considero que la innovación por así
decirlo, de la bioética, sería ligarlo a la solidaridad que consideramos es una
línea ética importante de la salud pública. Roland S. Manifiesta “¿acaso la
bioética ha desarrollado las herramientas adecuadas para enfrentar los
principales dilemas morales que se da en
programas y prácticas de salud colectiva?” [4].
De hecho entonces hay una tarea inconclusa en las plasmación de un estatuto
epistemológico de la Bioética, lo que en términos prácticos supone llevar el
tema de la Bioética en salud a una bioética social en salud. Roland S. dice en
otro aparte: “La incorporación de avances técnicos y científicos al campo de
las ciencias de la vida y de la salud, la transición epidemiológica que afecta
a todas las sociedades tanto “desarrolladas” como en “desarrollo”, y asimismo
la emergencia de una demanda calificada de servicios de salud, van
paulatinamente acarreando nuevas cuestiones éticas también para el campo de la
salud pública” [4].
Esto quiere decir, pasar de cuestiones clínicas a
medidas sociales de trabajo colectivo, promoción y prevención de la salud, que como vemos en la práctica, no pasa
necesariamente por la relación médico – paciente. No olvidemos que muchas
prácticas de promoción de la salud pueden ser desarrollados por salubristas,
profesores y en general personas de la sociedad civil. Roland dice respecto al
párrafo anterior “la reducción de la moralidad en salud pública al ámbito de la
biomédica clínica es criticable porque”, “Descuida la especificidad de los
problemas que enfrenta la salud pública”, “Reduce la complejidad de las
relaciones entre la biomédica clínica y Salúd Pública” [4].
Para tal efecto y resumiendo las ideas de Roland y
Kottow diremos que para ellos la
bioética de la salud pública estaría fundamentada por el principio de la
solidaridad en tanto lo manifiesta Callahan “el principio de solidaridad
constituye uno de los principales ingredientes para poder pensar una medicina
que sea al mismo tiempo equitativa y sustentable [5]. Otro principio a ser considerado por los autores es el de
responsabilidad que se entiende como el acto de responder o dicho en otros
términos “cuidar de otro ser humano cuando esté amenazado de su vulnerabilidad”
[4]. La discusión está si cuidar de
otro ser humano está dentro de un enfoque colectivo o individual, y si es
responsabilidad con el ser o, con para el otro. Lejos de todo análisis más
profundos los cierto es que hay que trabajar de ahora en adelante en un plano
más social y colectivo lo dice Roland y Kottow en otro aparte: “Lo específico
de la reflexión en salud pública es que tanto agentes como destinatarios no son
individuos sino instituciones y colectivos” [4].
Referencias
[1] JAVIER
LEON, Francisco; Dignidad Humana, Libertad y Bioética, Grupo de Investigación
en Bioética de Galicia GIB – España 1997.
[2] MARINA,
José Antonio; VALGOMA, María: Lucha por la Dignidad; Editorial Anagrama
[3] RIOS
QUISPE, Mario: Bioética y Dignidad; Curso Virtual de Bioética, Instituto
Nacional de Salud; 2011
[4] ROLAND
SCHRAMM, Fermín, KOTTOW Miguel; Principios Bioéticos en Salud Pública:
Limitaciones y Propuestas; Saude Pública, Brasil; Julio-Agosto 2011.
[5] CALLAHAN, D.; False Hope. Why America´s
Quest for Perfect Health Is a Recipe for Failure; New York; 1998
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