TRASCENDENCIA DE LA EDUCACIÓN
DE
DANIEL A. CARRIÓN
Mavilo Calero Pérez
Lo valioso de la persona no es su cabeza llena de conocimientos sino
su corazón lleno de amor y sus manos listas a ayudar. ¿De qué nos sirve un
profesional ensoberbecido, instruido y no educado, sin patria y sin Dios, que
ama más al dinero que al hombre?. Por eso urge que el estudiante no solo
apruebe asignaturas, sino que alcance formación humana. Dios nos dio oídos,
aprendamos escuchar. Dios nos dio la
mente, aprendamos a pensar. Dios nos dio corazón, aprendamos a amar. Dios nos
dio espíritu, aprendamos a vivir valores.
Ver exclusivamente el pasado, el presente o el futuro es limitante.
Debemos vivir el tiempo humano,
con amplitud histórica, para conocer el pasado, participar en el presente y
proyectarnos al futuro, como lo hizo Carrión. En ese mirar amplio es posible
destacar la trascendencia de su educación, en tres tiempos:
PASADO: EDUCACIÓN
1.-UN SIGLO DE ADELANTO EDUCATIVO.-
Daniel A. Carrión venció las limitaciones educativas que le
tocó vivir y alcanzó ideales y realizaciones de
autoeducación. A 135 años de su muerte sus logros son admirables. Hoy tenemos baja calidad
educativa, por obra de nuestros gobernantes que mediante leyes, reglamentos,
presupuestos, sueldos, fiscalizaciones y otros medios controlan e impiden la
calidad educativa, política, económica, social y cultural de los
gobernados. Sin embargo, hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos y
ancianos asumamos el deber y derecho de auto educarnos como lo hizo Carrión.
A Daniel, sus
padres, familiares, amigos, maestros y comunidad lo educaron. Contribuyeron a su desarrollo
biológico, social, psicológico y espiritual. Le dieron formación amplia,
escolarizada y desescolarizadamente, en diversas circunstancias.
Delors J., en 1996, a
más de un siglo de la muerte de Daniel, propuso
los cuatro pilares de la
educación, en el informe de la Comisión
internacional sobre educación para el
siglo XXI, promovida por la Unesco, a fin de superar nuestras limitaciones. A
través de esos criterios veamos los avances
educativos que ya había logrado nuestro Héroe:
¡ EXCELENCIA DE LA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI !
APRENDER A CONOCER.- Desde tiempos atrás la educación se ha
entendido como aprender a escribir, contar y leer mecánicamente. Tales características aún subsisten en nuestro medio.
En ese panorama Daniel se esforzaba en aprender a aprender, a aprender sin límites,
no solo en las aulas sino en la vida
misma. Juzgaba el mundo físico y social
con equilibrio, realizaba análisis, síntesis, comparaciones, descodificaciones,
interpretaciones y autocríticas. No se dejaba vencer por la conciencia ingenua
que minimiza ni por la mágica que
maximiza las realidades existenciales.
No asumió la tendencia academista. Buscaba no solo conocer
sino también hacer, ser y vivir en comunidad, para tener mejor formación
humana. Consideraba que donde solo hay
acumulación de conocimientos y no
reflexión no hay verdadero aprendizaje. Para aprender hay que pensar, hay que
poner en juego la criticidad.
A la edad de siete años
asistía entusiasmado a la Escuela Municipal de Cerro de Pasco. Allí
aprendió sus primeras letras. Para terminar su educación primaria fue a Tarma. Continuó estudios
secundarios en el Colegio Guadalupe, a donde acudían jóvenes de clases medias
de todo el Perú. Con sus rasgos andinos
y su acento serrano, sobresalía en las tareas académicas. Era un apasionado de
la lectura. Por propia decisión vivió con valor, amor, generosidad e
intrepidez.
Pese a sus logros
académicos tuvo dificultad para aprender
física. Al postular a la Facultad de Medicina fue desaprobado. No por ello se
desanimó. Afianzó su preparación científica y humana y logró sus objetivos de
vida.
APRENDER A HACER- Conocer y hacer fueron y son
necesarios dentro de la perspectiva
educativa. Por eso nuestros Planes y Programas de educación primaria, de
mediados del siglo anterior, consignaba conocimientos y actividades en todos
los cursos. En nuestro medio muchos conocen algo, hablan de ello, pero no los practican.
Estudian para para la escuela y no para la vida.
Daniel mediante trabajos
individuales y en grupo, en el aula o fuera de él, hacia frente a las variadas situaciones de vida y
obtenía mejores resultados. Practicaba lo que sabía y daba fuerza a
su creatividad.
Desde que su padre
murió en un accidente, entre lluvias, granizos o nevadas, acudía presuroso a la
escuela y volvía rápido para hacer compañía, alegrar y ayudar a su madre. Su amor filial era ferviente. Luego, con
entusiasmo, realizaba sus tareas escolares y hogareñas.
Como en la escuela no había personal de
limpieza los mismos alumnos, rotativamente, aseaban y ordenaban el aula. Daniel no se eximía,
colaboraba con prontitud y esmero.
Él, acostumbraba llevar una libreta de apuntes. En una
anotación aparece la siguiente referencia:“ Deseo continuar mis estudios,
educar mi carácter y el de los demás con el ejemplo, mejorar mi trato
socialmente y estudiar con ahínco, sobre todo ciencias naturales, ese es mi
plan, mi ideal. Esperaré mi fruto con paciencia e inteligencia”. Sus propósitos
los hizo realidad gracias a su empeño.
Cuando estudiaba medicina los chilenos
bruscamente ocuparon los ambientes de la universidad. Saquearon sus
laboratorios, museos, biblioteca. Todo era desolación y ruina. Suspendieron las clases. En secreto,
alumnos y profesores hicieron de sus hogares
locales transitorios de estudio.
Cuando la verruga afectaba a la comunidad, decidió investigar
en su propio cuerpo esa enfermedad, aun sabiendo de los riesgos que implicaba. Puso su ser al
servicio de la humanidad doliente. Su educación integral y permanente lo
condujo al heroísmo.
APRENDER SER.-
Implica el desarrollo global de la persona. Esta preocupación en Perú se inició
7 décadas atrás, en la Escuela Normal Central de la Cantuta dirigida por el Dr.
Walter Peñaloza a quien le preocupaba
educar al hombre en todo cuanto tiene de hombre. Alertaba que la enseñanza de conocimientos y
habilidades era insuficiente y que había que agregar el cultivo de las
actitudes.
La vida espiritual no depende de la acumulación de
informaciones. Solo los que son capaces
de sentir son capaces de hacer grandes obras, Daniel es uno de ellos. Él se
educaba en relación con la vida integra y real. Mantenía elevada autoestima
desde niño como cuando enfrentó al profesor que lo desacreditaba en Tarma. Desarrolló su autonomía para organizar su vida lejos de
su madre. Fue responsable para avanzar en sus estudios, velar por su hermano
menor y afrontar las consecuencias de la
verruga. Se esmeraba en vivir valores.
Sus padres y familiares
le inculcaron a vivir respetuoso y solidario con todos. En su padre, que
era médico, veía el servicio continuo a los dolientes, no siempre por dinero.
De su madre aprendió la cortesía y la
convivencia familiar. Preocupada por su
formación cristiana, le inculcaba
creer y amar a Dios y estar al servicio
a los demás. Por esas influencias, libre
de prejuicio, compartía juguetes y alegrías con sus amiguitos del barrio,
pobres, quechua hablantes, hijos de mineros.
Su madre, le ayudaba a cumplir
sus tareas y jamás le sustituía. Le alentaba
a desarrollar su autonomía y
responsabilidades.
Por su apacibilidad, modestia, esfuerzo, puntualidad,
vocación de servicio y dominio de las asignaturas era apreciado por sus
profesores y colegas. En esa época se valoraba más la conducta que las
palabras. Se propiciaba la práctica continua de los principios morales, cívicos
y religiosos. Se castigaba al que se portaba mal. En ese ambiente Daniel se
esmeraba en tener mejores comportamientos.
Viendo la diferencia de paisajes de Pasco y Tarma, como
amante de las ciencias naturales,
aprendió a respetar la vida de las plantas y animales y las ocupaciones
y costumbres de su gente.
La declaratoria de guerra de Chile despertó su patriotismo. Se sintió feliz al
enterarse de que en Cerro de Pasco se había organizado un batallón de
voluntarios. Al verlos en Lima alentaba a sus
paisanos.
En muestra de civismo
donó diez soles de plata blanca y la
empuñadura de oro del bastón de su abuelo, para la compra de armamentos. Poco
después, quedó decepcionado al enterarse
de la fuga de Mariano Ignacio Prado con
lo recaudado a nivel nacional. Hasta hoy la historia oficial calla este y otros casos de corrupción. Advertimos
que quienes enseñan la verdad preparan a
los pueblos para comprenderla, los que enseñan la mentira u ocultan episodios
condicionan a los pueblos para engañarlos.
Impulsado por su patriotismo se presentó voluntariamente al Ejército. Estuvo en
Chorrillos, San Juan y Miraflores, como practicante de cirugía ambulatoria.
Con respeto a los demás y desprendimiento,
prefirió sacrificarse y no sacrificar a otros en esa riesgosa experiencia.
Frente a sus pacientes actuaba con honestidad, fervientemente vivía la ética
profesional.
APRENDER A VIVIR JUNTOS.- Implica conocer a los otros para
realizar proyectos comunes, cooperación mutua y vivir en paz. Enfatiza la
formación social del hombre, ante el marcado individualismo y egoísmo. Promueve
una pedagogía social que desarrolla el espíritu de servicio e incita a la
solidaridad. Busca profundizar el ideal democrático y prepara a los hombres
para una vida en común.
En Daniel sus juegos infantiles, su vida familiar, las
historias populares, los huaynos y mulizas,
el jugueteo de las lluvias entre el arco iris y los platos típicos que consumía hicieron que amara intensamente a su tierra natal. Su
identidad sobresalía.
Fue testigo y víctima
de las picardías criollas. Se sentía diferente, pero no menos que ellos.
Enmarcarse en el individualismo no consideraba prudente, estaba acostumbrado a
compartir, cooperar, colaborar, comprometerse y convivir. Esos valores fueron
las ideas-fuerza que orientaron su vida.
Cuando se construía el
ferrocarril central de Lima a La Oroya se registró una epidemia caracterizada
por fiebre alta, anemia violenta y gran
mortandad. Al ver tantos pacientes,
sintió la necesidad de auxiliarlos
pero aún era una enfermedad rara, desconocida.
Valerosamente asumió su estudio. Insistía en que se le inocule el virus de la
verruga. A quienes trataban de desanimarlo les decía “Suceda lo que sucediese,
no importa, quiero inocularme”.
Ya desfalleciente, a sus colegas les dijo: ”Aún
no he muerto amigos míos, ahora les toca a ustedes terminar la obra ya
comenzada, siguiendo el camino que les he trazado”. Brotó una lágrima de sus
ojos y cayó desmayado en los brazos de sus colegas quienes lo trasladaron a la Clínica Maisón de Santé,
donde falleció a los 28 años de edad, el 5 de octubre de 1885. Su heroísmo fue fruto de su esmerada educación.
De Daniel tenemos que aprender que el hombre es hombre solo
cuando vive en comunidad y para la comunidad, cuando sirve a alguien, cuando
ama a alguien. Él comprendía que la pobreza
es una violación de los derechos humanos porque deteriora la vida de las
personas. Vivía libre de ambiciones económicas y se solidarizaba con los
enfermos. Conocía que el dinero es causa de muchos males, su meta no
era hacerse rico sino enriquecer
el mundo con el cultivo y fruto de su
mejor educación.
Hoy, en pleno siglo XXI, algunos ingenuos creen estar muy
bien educados, en tantísimos años de escolaridad, no advierten los errores y
omisiones del sistema educativo y de las instituciones y personas. Es necesario
evaluarnos en las 4 áreas descritas, pero no mediante una evaluación oral porque muchos mentirían, tampoco escrita, lo deseable es
que la evaluación sea de ejecución. Es
posible que muchos “educados” saldrán
calificados como analfabetos funcionales: analfabetos morales, religiosos,
ocupacionales, estéticos, sociales, etc. por lo mismo que nuestra educación es
predominantemente academista y descuida la formación integral del
estudiante. Solo nuestra educación
inicial es formativa y en educación
primaria algo se hace de esta preocupación.
Los prejuiciosos
rechazan a los analfabetos. Desconocen que hay analfabetos muy educados, a
pesar de estar privados de escolaridad, como María Parado de Bellido y José Olaya
Balandra que son orgullo de nuestro patriotismo, a diferencia de militares
corruptos que nos engañan con vistosos uniformes. Unos elogian el desarrollo
social de Mishicanca y Luis
Pardo que en su afán de hacer justicia
social en Pasco y Ancash, en el siglo
pasado, robaban a los ricos para
dárselos a los pobres, cual Robin Hood de los andes. Otros admiran a tantos
campesinos iletrados que por sus experiencias acumuladas conocen de agricultura
mucho más que un ingeniero agrónomo. Es admirable ver a analfabetos compartiendo una papa con el hambriento a diferencia de algunos leídos,
doctores, con economía solvente,
que en vez de compadecerse, de darle algo, los desprecian.
Mientras la comunidad vive angustiada en búsqueda del bien, de justicia, de trabajo,
de Dios, la escuela se ha encerrado en el círculo de la instrucción y ha abandonado la formación humana. Frente a
ese retraso promovamos cambios en su filosofía, sus tecnologías, sus leyes y
prácticas. Hagamos reforma y no deforma
educativa. Es deseable que la
educación integral y permanente sea tarea de todos.
Con estas
referencias es innegable que Daniel A.
Carrión adelantó su educación en más de un siglo. Se humanizó.
Nos dejó como herencia no solo ideas sino realizaciones, lecciones
de vida.
¡ Sigamos su ejemplo !.
PRESENTE
: DESEDUCACIÓN
2.- CONFIRMA NUESTRO REDUCCIONISMO EDUCATIVO
Las
peculiaridades de la educación de Carrión
vale confrontarlas con la educación vigente para comprender el
reduccionismo educativo que sufrimos.
Nuestra escuela tradicional impone el libro, el
dogmatismo y el memorismo. Da exceso
de tareas monótonas y agobiantes para la casa, que no son de interés o necesidad del estudiante. Promueve
competencias y no cooperación. Apaga las
motivaciones inventivas. Exige la repetición mecánica de conceptos. Su
enseñanza cierra el camino de la creatividad. No practica la reflexión, el
sentido común, ni el trabajo colectivo. Incide en superficialidad, sectarismo,
individualismo, obstinación y sumisión. En el aula las relaciones
interpersonales son mayormente racionales y con nula o escasa afectividad.
Debemos promover la formación de hombres y no de robots, mediante una
persistente mejora educativa.
Algunos instituciones propagandizan adelantos educativos y siguen inmersos en el
tradicionalismo. El currículo puramente
cognoscitivo hace adoración pagana a los conocimientos e impide la percepción y realización de una auténtica educación. Es inaplazable humanizarnos. Nuestra
Constitución Política dispone “La educación tiene como finalidad el desarrollo
integral de la persona humana”. Ilusionan sus expresiones pero preocupan sus
incumplimientos.
Hoy se dispone de escasas horas de
estudio en la escuela. Antes se hacía de lunes a viernes mañana y tardes y
sábado por la mañana. Ahora solo en un turno de 4 o 5 horas, de lunes a
viernes. Las instancias educativas dan prioridad a las documentaciones pedagógicas
(planes curriculares, organigramas, nóminas, planes de aula,…) y no a los
hechos educativos. Interesa más las formalidades que las esencialidades.
Descuidan el desarrollo del pensamiento crítico, la inteligencia emocional, el
desarrollo social y espiritual del estudiante. No humanizan.
La gestión
educativa de dejar hacer, dejar pasar, da fácil acceso al libertinaje administrativo y pedagógico.
El sectarismo político es el cáncer de la educación. Gentes sin capacidad moral
ni funcional ocupan cargos para los que no están capacitados y generan más
problemas que soluciones. La supervisión educativa debiendo ser reflexión y
acción es solo activismo,
verbalismo y encubrimiento.
El reduccionismo
educativo plantea educación como
equivalente a escuela, la escuela ofrece
solo conocimientos, los conocimientos se
reducen a datos, para memorizarlos.
Así, concluye que educación es memorismo.
Esa postura reduce la educación a mera
instrucción.
El manejo
presupuestal de abaratamiento de la
educación por parte del Estado redunda
en la disminución de la calidad
educativa de los sectores populares y
profundiza la discriminación social.
Nuestras escuelas unidocentes siguen abandonadas. Los problemas nutricionales de los pobres y
extremadamente pobres frenen sus escasos avances educativos.
Porque la
comunidad debe ser el medio y el fin de la educación hagamos que nuestras
escuelas se adapten a las peculiaridades de los niños y no los niños a los hábitos autoritarios y rutinarios de nuestras
escuelas.
Ante estas
realidades conviene recordar las palabras del eminente educador José Antonio
Encinas: “Los maestros están llamados a ser abanderados de los cambios de nuestra patria y para ello
deben ejercer liderazgo. Para ser maestros hay necesidad de ser
revolucionarios”. “Magisterio es la
función revolucionaria por excelencia. En ese ejercicio no caben sino dos extremos: el maestro
inofensivo, sometido a la coyunda burguesa,
sin un soplo de ideales, ni átomo de impulso y aquel otro, cuya vida es
jalonada por una lucha permanente contra el poder que abusa, contra la hegemonía que observa toda libertad, contra el orden social
símbolo de desigualdad y de injusticia.”
La pandemia
del corona virus que nos azota día a día confirma nuestras desigualdades en educación, salud, economía, justicia
y política y la perversidad de mucha
gente aparentemente educada. La indiferencia de los empresarios y adinerados, dueños del Perú, ante nuestras
tragedias, demuestran espíritu egoísta, no respetan los derechos de los demás.
Deseducan. Manejan los medios de comunicación social a su favor y en contra de
los intereses nacionales.
Como efecto
de nuestra menguada calidad educativa
militares de alta graduación, gobernadores de región, alcaldes provinciales y distritales y otros en vez de
velar por la población, han robado mucho dinero al Estado con adquisiciones
fraudulentas de medicinas, oxígeno y
mascarillas. Algunas autoridades sin autoridad moral se han apropiado de víveres
destinados a gente vulnerable.
Se detectó a
médicos que realizaban servicio por altos costos y otros que pidieron licencia
para atender en clínicas demostrando que están más listos a servirse que a
servir. Otros han elevado los costos de
medicamentos, oxígeno y la atención en
clínicas. Esos profesionales no son educados, saben algo, pero tienen mermadas su desarrollo afectivo, volitivo, social y valorativo. Los conocimientos
son necesarios pero no suficientes. Educación no debe verse como almacenamiento
de datos sino como transformación de menos a más hombre.
Los hombres
defectuosamente educados son peligro latente para la sociedad. A las
personas hay que juzgarlos por su
conducta, no por sus palabras, ni por sus títulos, cargos, dineros o apariencias.
Es innegable que corruptos y corruptores generan el colapso de la educación y de la salud, por tanto el colapso de la
nación. Ante circunstancias análogas el General
Velasco denunció que la oligarquía y sus cómplices que gobernaron nuestra
patria son los responsables de los grandes problemas, las grandes injusticias y
la dura miseria el Perú.
Miles de personas
profanas o profesionales no aman al hombre, solo al dinero. En ese panorama, en
Lima destacó “el ángel del oxígeno” que con honestidad vendía gas a precio justo. Resultó extraño que los
congresistas progresistas hayan elevado
de 3 a 6 % del producto bruto interno para el presupuesto del sector
educación, luego de muchas décadas de
reclamo. Hay gestos de gratitud a los médicos, enfermeras y laboratoristas que luchan contra el corona virus. No todo está
perdido en nuestro país. Debemos y
podemos mejorar nuestra educación.
Quienes
pretenden que el maestro debe callar, obedecer y trabajar, están en un error,
cometen un insulto a su dignidad humana y profesional. El maestro es ante todo
un mentor social.
Ante la
pandemia se impuso la educación a distancia y miles de escolares pobres se ven impedidos de
hacerla. Muchos profesores con elevado afán social, portando una pizarrita y otros materiales
visitan casa por casa, en aldeas y punas, para atender a sus alumnos,
exponiéndose a todo. Los marginados, con
amplitud de amor, buscan alimentos, los preparan y comparten con los vulnerables, mientras los
adinerados buscan licores y hacen banquetes y fiestas en plena etapa de
aislamiento social. Frente a este panorama sombrío propongo que la vida
ejemplar de Daniel A Carrión la estudiemos
y apliquemos estudiantes, padres y profesores para hacer realidad la educación
integral y permanente que necesitamos.
Pues, porque
somos hombres que necesitamos vivir plenamente nuestra dimensión humana
necesitamos educación integral. Porque somos
seres con proyección histórica necesitamos educación permanente. Porque
necesitamos humanizarnos y no solo
hacernos eruditos rechacemos todo reduccionismo educativo.
FUTURO : RE EDUCACIÓN
3.-MOTIVA REACTIVAR
LA REFORMA EDUCATIVA TRUNCADA
Daniel fue un hombre extraordinariamente educado no por obra
del sistema, sino por sus padres y familiares,
luego por su propia inspiración y decisión. Entre tanta
oscuridad de su época hizo su propia reforma educativa y optimizó su formación humana. Hoy, su
imagen luce con luz propia en muchos ambientes educativas, culturales y científicos
del mundo. Su ejemplo da luz y calor para que sigamos el camino que él nos ha
trazado.
Su desarrollo afectivo, volitivo, intelectual, social y
espiritual es admirado en todo tiempo y lugar, por eso la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, en 1995, le concedió el Grado Honorífico póstumo de Doctor
Honoris Causa y mediante Ley 27794 del 12 de octubre de 2011 se le
reconoce como Héroe, Mártir y Maestro de la medicina peruana.
Alcanzar la calidad de la educación de Daniel A
Carrión demanda la reactivación de la gran reforma educativa interrumpida
en 1975. Esa gran reforma no fracasó, simplemente fue suspendida por un tránsfuga.
Esa osadía educativa admirada por propios y extraños debe ser
reactivada para salvarnos de la deshumanización a que nos somete el
neoliberalismo. Estamos hartos de
reduccionismo educativo a que nos imponen
los grupos de poder nacionales y
extranjeros manipulando a gobernantes corruptos. Estamos agobiados
del mercantilismo de la educación que
deteriora la calidad educativa y profundiza las desigualdades sociales.
La educación reformada
tuvo como sentido esencial el logro de un nuevo hombre en una nueva
sociedad, por eso promocionaba
condiciones para el brote de
modos de comportamiento personal y social auténticamente humanos, a
través del currículo integral compuesto
por cuatro aspectos: conocimientos, actividades, capacitación para el trabajo y
orientación y bienestar del educando. Sigamos ese rumbo.
Hoy, nuestros gobernantes hablan de honradez y menos la observan. La corrupción se expande
en el Estado. La bonificación por escolaridad genera privilegios y marginaciones. El ministro o
parlamentario recibe un sueldo completo ( 30 o 20 mil soles respectivamente), a
los empleados del Estado les dan 400 soles y a los campesinos o desocupados no
les dan nada ¿Quién necesita más?. ¿Cuál es el efecto de esta discriminación?.
Otro hecho lesivo es la dación de una
ley de prácticas educativas sin pago de remuneraciones, pese al tiempo asignado
de 450 horas. Los afectados hicieron denuncia
pública y lograron corregir ese mal proceder, pro patronal, de
explotación.
Por estos y otros actos lesivos el historiador Pitirin Sorokin destaca que en este siglo se percibe un abismo entre los espléndidos avances de la
ciencia y la tecnología y las conductas negativas de los hombres. Hay apremio
de una reforma educativa.
El porvenir pertenece a los innovadores, cambiemos la
orientación de nuestro sistema educativo. Preocupémonos de qué clase de hombres
queremos formar. Si queremos domesticados continuemos con la educación opresora
y si queremos humanizados asumamos
educación liberadora, que defiende la reforma educativa truncada.
Decidámonos a
reactivarla para realizar utopías y
alcanzar nuestras realidades potenciales. Asumamos roles políticos. Los
hombres somos seres políticos, sin política somos un animal más. En el aula y fuera de él todos
los agentes educativos (alumnos, maestros
padres de familia, funcionarios del sector educación y gobernantes)
tengamos presente la Declaración de
Persépolis “La educación es un acto político puesto que revelar la realidad
social para transformarla, disimularla o conservarla son actos de naturaleza
política”.
En esa direccionalidad el ex ministro
de educación Juan Guabloche, conocedor
de nuestra realidad, sostenía que “La educación
no puede ignorar los graves problemas
de alienación, marginación y
desintegración, que afectan a la sociedad
y a la cultura peruana, resultado de los poderosos factores de
dominación interna y externa que han operado secularmente en nuestra historia”.
A tenor de estos criterios nació nuestra reforma educativa de 1972, por eso la
temían y temen los privilegiados.
La reforma
educativa peruana, admirada por su originalidad y decisión de romper las
barreras que impedían el desarrollo nacional, no a todos gustó. Se dice que
Nixon ordenó a Francisco Morales Bermúdez desviar los planes revolucionarios del Perú. A postrimerías de
agosto de 1975, después de dar el golpe
de Estado a Velazco presuroso desmontó
la reforma educativa. Los gobiernos “democráticos” sucesivos siguieron igual postura y disminuyeron nuestra calidad
educativa.
Casi
simultáneamente nacieron las reformas
educativas de Perú y Finlandia. Mientras nosotros a escaso tiempo de iniciado
truncamos por imposición del mandamás, Finlandia continuó su reforma y logró ubicarse como la primera a nivel
mundial, mejoró sus niveles de vida social, cultural, económica y política. De
haber continuado nuestra reforma pudimos estar en situaciones ventajosas de
humanización y desarrollo.
Porque nadie
resolverá nuestros problemas sino
nosotros mismos, padres, maestros y estudiantes asumamos las siguientes tareas
básicas:
·
Exigir la expedición de
una nueva Constitución Política del Estado.
·
Demandar una nueva Ley
General de Educación, previa consulta
nacional.
·
Distinguir y rechazar los
medios de comunicación social que impiden nuestra mejor educación.
. Combatir la corrupción en todas sus formas y
fomentar la educación integral y permanente, retomando las virtudes de Daniel
A. Carrión.
POR DEBER CÍVICO DÍGNESE REFLEXIONAR,
PRACTICAR Y DIFUNDIR ESTE MENSAJE.
NECESITAMOS EDUCACIÓN INTEGRAL
Y NO SOLO INSTRUCCIÓN.
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