domingo, 4 de octubre de 2020

El Martir de la Medicina Peruana y la Educación por Mavilo Calero P:

 

 

 

TRASCENDENCIA DE LA EDUCACIÓN

            DE DANIEL A. CARRIÓN

                                                                                      Mavilo Calero Pérez

 


Lo valioso de la persona   no es su cabeza llena de conocimientos sino su corazón lleno de amor y sus manos listas a ayudar. ¿De qué nos sirve un profesional ensoberbecido, instruido y no educado, sin patria y sin Dios, que ama más al dinero que al hombre?. Por eso urge que el estudiante  no solo apruebe asignaturas, sino que alcance formación humana. Dios nos dio oídos, aprendamos  escuchar. Dios nos dio la mente, aprendamos a pensar. Dios nos dio corazón, aprendamos a amar. Dios nos dio espíritu, aprendamos a vivir valores.

Ver exclusivamente el pasado, el presente o el futuro  es limitante.  Debemos vivir el  tiempo humano, con amplitud histórica, para conocer el pasado, participar en el presente y proyectarnos al futuro, como lo hizo Carrión. En ese mirar amplio es posible destacar la trascendencia de su educación, en tres tiempos: 

 

 

PASADO:  EDUCACIÓN

 

1.-UN SIGLO DE ADELANTO EDUCATIVO.- 

 

Daniel A. Carrión venció las limitaciones educativas que le tocó vivir y alcanzó ideales y realizaciones de  autoeducación. A 135 años de su muerte sus logros  son admirables. Hoy tenemos baja calidad educativa, por obra de nuestros gobernantes que mediante leyes, reglamentos, presupuestos, sueldos, fiscalizaciones y otros medios controlan e impiden la calidad educativa, política, económica, social y cultural  de los  gobernados. Sin embargo, hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos y ancianos asumamos  el deber y  derecho de auto educarnos  como lo hizo Carrión.

A Daniel, sus padres, familiares, amigos, maestros y comunidad  lo educaron. Contribuyeron a su desarrollo biológico, social, psicológico y espiritual. Le dieron formación amplia, escolarizada y desescolarizadamente, en diversas  circunstancias. 

Delors J., en 1996,  a más de un siglo de la muerte de Daniel, propuso  los  cuatro pilares de la educación, en el informe de  la Comisión internacional  sobre educación para el siglo XXI, promovida por la Unesco, a fin de superar nuestras limitaciones. A través de esos criterios veamos los avances  educativos que ya había logrado nuestro Héroe:

¡ EXCELENCIA DE LA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI !

Cuadro de texto: APRENDER
A
CONOCER
Cuadro de texto: APRENDER
A
HACER
Cuadro de texto: APRENDER
A
VIVIR JUNTOS
    

 

 

Cuadro de texto: APRENDER
A
SER
 

 

 


 

APRENDER A CONOCER.- Desde tiempos atrás la educación se ha entendido como aprender a escribir, contar y leer mecánicamente.   Tales características aún subsisten  en nuestro medio.

En ese panorama Daniel se esforzaba en  aprender a aprender, a aprender sin límites, no solo  en las aulas sino en la vida misma. Juzgaba el mundo  físico y social con equilibrio, realizaba análisis, síntesis, comparaciones, descodificaciones, interpretaciones y autocríticas. No se dejaba vencer por la conciencia ingenua que minimiza ni por la mágica que  maximiza las realidades existenciales.

No asumió la tendencia academista. Buscaba no solo conocer sino también hacer, ser y vivir en comunidad, para tener mejor formación humana. Consideraba que  donde solo hay acumulación de conocimientos  y no reflexión no hay verdadero aprendizaje. Para aprender hay que pensar, hay que poner en juego la criticidad.

A la edad de siete años  asistía entusiasmado a la Escuela Municipal de Cerro de Pasco. Allí aprendió sus primeras letras. Para terminar su educación  primaria fue a Tarma. Continuó estudios secundarios en el Colegio Guadalupe, a donde acudían jóvenes de clases medias de todo el Perú. Con  sus rasgos andinos y su acento serrano, sobresalía en las tareas académicas. Era un apasionado de la lectura. Por propia decisión vivió con valor, amor, generosidad e intrepidez.

    Pese a sus logros académicos tuvo  dificultad para aprender física. Al postular a la Facultad de Medicina fue desaprobado. No por ello se desanimó. Afianzó su preparación científica y humana y logró sus objetivos de vida.

APRENDER A HACER- Conocer y hacer fueron y son necesarios  dentro de la perspectiva educativa. Por eso nuestros Planes y Programas de educación primaria, de mediados del siglo anterior, consignaba conocimientos y actividades en todos los cursos. En nuestro medio muchos conocen algo,  hablan de ello, pero no los practican. Estudian para para la escuela y no para la vida.

Daniel  mediante trabajos individuales y en grupo, en el aula o fuera de él, hacia  frente a las variadas situaciones  de vida y  obtenía mejores resultados. Practicaba lo que sabía y daba fuerza a su  creatividad.

  Desde que su padre murió en un accidente, entre lluvias, granizos o nevadas, acudía presuroso a la escuela y volvía rápido para hacer compañía, alegrar y ayudar a su madre.  Su amor filial era ferviente. Luego, con entusiasmo,  realizaba  sus tareas escolares y hogareñas.

 Como en la escuela no había personal de limpieza los mismos alumnos, rotativamente, aseaban y  ordenaban el aula. Daniel no se eximía, colaboraba con prontitud y esmero.

Él, acostumbraba llevar una libreta de apuntes. En una anotación aparece la siguiente referencia:“ Deseo continuar mis estudios, educar mi carácter y el de los demás con el ejemplo, mejorar mi trato socialmente y estudiar con ahínco, sobre todo ciencias naturales, ese es mi plan, mi ideal. Esperaré mi fruto con paciencia e inteligencia”. Sus propósitos los hizo realidad gracias  a su empeño.

 Cuando estudiaba medicina los chilenos bruscamente ocuparon los ambientes de la universidad. Saquearon sus laboratorios, museos, biblioteca. Todo era desolación  y ruina. Suspendieron las clases. En secreto, alumnos y profesores hicieron de sus hogares  locales transitorios de estudio.

Cuando la verruga afectaba a la comunidad, decidió investigar en su propio cuerpo esa enfermedad, aun sabiendo de los  riesgos que implicaba. Puso su ser al servicio de la humanidad doliente. Su educación integral y permanente lo condujo al heroísmo.

APRENDER   SER.- Implica el desarrollo global de la persona. Esta preocupación en Perú se inició 7 décadas atrás, en la Escuela Normal Central de la Cantuta dirigida por el Dr. Walter Peñaloza a quien le preocupaba  educar al hombre en todo cuanto tiene de hombre. Alertaba que  la enseñanza de conocimientos y habilidades  era insuficiente  y que había que agregar el cultivo de las actitudes.

La vida espiritual no depende de la acumulación de informaciones.  Solo los que son capaces de sentir son capaces de hacer grandes obras, Daniel es uno de ellos. Él se educaba en relación con la vida integra y real. Mantenía elevada autoestima desde niño como cuando enfrentó al profesor que lo desacreditaba en Tarma. Desarrolló  su autonomía para organizar su vida lejos de su madre. Fue responsable para avanzar en sus estudios, velar por su hermano menor y  afrontar las consecuencias de la verruga. Se esmeraba en vivir valores.

Sus padres y familiares  le inculcaron a vivir respetuoso y solidario con todos. En su padre, que era médico, veía el servicio continuo a los dolientes, no siempre por dinero. De su madre  aprendió la cortesía y la convivencia familiar. Preocupada por su  formación cristiana,  le inculcaba creer y amar a  Dios y estar al servicio a los demás. Por  esas influencias, libre de prejuicio, compartía juguetes y alegrías con sus amiguitos del barrio, pobres, quechua hablantes, hijos de mineros.  Su madre, le ayudaba a  cumplir sus tareas y jamás le sustituía. Le alentaba  a desarrollar  su autonomía y responsabilidades.

Por su apacibilidad, modestia, esfuerzo, puntualidad, vocación de servicio y dominio de las asignaturas era apreciado por sus profesores y colegas. En esa época se valoraba más la conducta que las palabras. Se propiciaba la práctica continua de los principios morales, cívicos y religiosos. Se castigaba al que se portaba mal. En ese ambiente Daniel se esmeraba en tener mejores comportamientos.

Viendo la diferencia de paisajes de Pasco y Tarma, como amante de las ciencias naturales,   aprendió a respetar la vida de las plantas y animales y las ocupaciones y costumbres de su gente.

La declaratoria de guerra de Chile  despertó su patriotismo. Se sintió feliz al enterarse de que en Cerro de Pasco se había organizado un batallón de voluntarios. Al verlos en Lima alentaba a sus  paisanos.

    En muestra de  civismo donó  diez soles de plata blanca y la empuñadura de oro del bastón de su abuelo, para la compra de armamentos. Poco después, quedó decepcionado  al enterarse de la fuga de Mariano Ignacio Prado con  lo recaudado a nivel nacional. Hasta hoy la historia oficial calla  este y otros casos de corrupción. Advertimos que quienes enseñan la verdad preparan  a los pueblos para comprenderla, los que enseñan la mentira u ocultan episodios condicionan a los pueblos para engañarlos.

Impulsado por su patriotismo se presentó  voluntariamente al Ejército. Estuvo en Chorrillos, San Juan y Miraflores, como practicante de cirugía ambulatoria.

 Con  respeto a los demás y desprendimiento, prefirió sacrificarse y no sacrificar a otros en esa riesgosa experiencia. Frente a sus pacientes actuaba con honestidad, fervientemente vivía la ética profesional.

APRENDER A VIVIR JUNTOS.- Implica conocer a los otros para realizar proyectos comunes, cooperación mutua y vivir en paz. Enfatiza la formación social del hombre, ante el marcado individualismo y egoísmo. Promueve una pedagogía social que desarrolla el espíritu de servicio e incita a la solidaridad. Busca profundizar el ideal democrático y prepara a los hombres para una vida en común.

En Daniel sus juegos infantiles, su vida familiar, las historias populares, los huaynos y mulizas,   el jugueteo de las lluvias entre el arco iris  y los platos típicos que consumía hicieron  que amara intensamente a su tierra natal. Su identidad sobresalía.

 Fue testigo y víctima de las picardías criollas. Se sentía diferente, pero no menos que ellos. Enmarcarse en el individualismo no consideraba prudente, estaba acostumbrado a compartir, cooperar, colaborar, comprometerse y convivir. Esos valores fueron las ideas-fuerza que orientaron su vida.

 Cuando se construía el ferrocarril central de Lima a La Oroya se registró una epidemia caracterizada por fiebre alta, anemia violenta y  gran mortandad. Al  ver tantos pacientes, sintió  la necesidad de auxiliarlos pero  aún era una enfermedad rara, desconocida. Valerosamente asumió su estudio. Insistía en que se le inocule el virus de la verruga. A quienes trataban de desanimarlo les decía “Suceda lo que sucediese, no importa, quiero inocularme”.

 Ya  desfalleciente, a sus colegas les dijo: ”Aún no he muerto amigos míos, ahora les toca a ustedes terminar la obra ya comenzada, siguiendo el camino que les he trazado”. Brotó una lágrima de sus ojos y cayó desmayado en los brazos de sus colegas quienes  lo trasladaron a la Clínica Maisón de Santé, donde falleció a los 28 años de edad, el 5 de octubre de 1885. Su heroísmo  fue fruto de su esmerada educación.

De Daniel tenemos que aprender que el hombre es hombre solo cuando vive en comunidad y para la comunidad, cuando sirve a alguien, cuando ama a alguien. Él comprendía que la pobreza  es una violación de los derechos humanos porque deteriora la vida de las personas. Vivía libre de ambiciones económicas y se solidarizaba con los enfermos. Conocía que el dinero es causa de muchos males, su  meta no  era hacerse rico  sino enriquecer el  mundo con el cultivo y fruto de su mejor educación.

Hoy, en pleno siglo XXI, algunos ingenuos creen estar muy bien educados, en tantísimos años de escolaridad, no advierten los errores y omisiones del sistema educativo y de las instituciones y personas. Es necesario evaluarnos en las 4 áreas descritas, pero no mediante una evaluación oral  porque muchos   mentirían, tampoco escrita, lo deseable es que la evaluación sea  de ejecución. Es posible  que muchos “educados” saldrán calificados como analfabetos funcionales: analfabetos morales, religiosos, ocupacionales, estéticos, sociales, etc. por lo mismo que nuestra educación es predominantemente academista y descuida la formación integral del estudiante.  Solo nuestra educación inicial es formativa y  en educación primaria algo se hace de esta preocupación.

 Los prejuiciosos rechazan a los analfabetos. Desconocen que hay analfabetos muy educados, a pesar de estar privados de  escolaridad,  como María Parado de Bellido y José Olaya Balandra que son orgullo de nuestro patriotismo, a diferencia de militares corruptos que nos engañan con vistosos uniformes. Unos elogian el desarrollo social de Mishicanca y     Luis Pardo    que en su afán de hacer justicia social en Pasco y Ancash,   en el siglo pasado,  robaban a los ricos para dárselos a los pobres, cual Robin Hood de los andes. Otros admiran a tantos campesinos iletrados que por sus experiencias acumuladas conocen de agricultura mucho más que un ingeniero agrónomo. Es admirable ver a  analfabetos compartiendo una papa con  el hambriento a diferencia de algunos leídos, doctores,  con economía solvente, que  en vez de compadecerse,  de darle algo, los desprecian.

Mientras la comunidad vive angustiada en  búsqueda del bien, de justicia, de trabajo, de Dios, la escuela se ha encerrado en el círculo de la instrucción y  ha abandonado la formación humana. Frente a ese retraso promovamos cambios en su filosofía, sus tecnologías, sus leyes y prácticas. Hagamos reforma y no deforma  educativa. Es deseable  que la educación integral y permanente sea tarea de todos. 

   Con estas referencias  es innegable que Daniel A. Carrión  adelantó su  educación en más de un siglo. Se humanizó. Nos dejó como herencia no solo ideas sino realizaciones,  lecciones  de vida.

¡ Sigamos su ejemplo !.          

 

 

PRESENTE : DESEDUCACIÓN

 

2.-  CONFIRMA NUESTRO REDUCCIONISMO EDUCATIVO

 

 

Las peculiaridades de la educación de Carrión  vale confrontarlas con la educación vigente para comprender el reduccionismo educativo que sufrimos.

Nuestra escuela tradicional impone el libro, el dogmatismo  y el memorismo. Da exceso de tareas monótonas y agobiantes para la casa, que no son de  interés o necesidad del estudiante. Promueve competencias y no cooperación.  Apaga las motivaciones inventivas. Exige la repetición mecánica de conceptos. Su enseñanza  cierra  el camino de la  creatividad. No practica la reflexión, el sentido común, ni el trabajo colectivo. Incide en superficialidad, sectarismo, individualismo, obstinación y sumisión. En el aula las relaciones interpersonales son mayormente racionales y con nula o escasa afectividad. Debemos promover la formación de hombres y no de robots, mediante una persistente mejora educativa.

Algunos instituciones propagandizan  adelantos educativos y siguen inmersos en el tradicionalismo.   El currículo puramente cognoscitivo hace adoración pagana a los conocimientos e impide  la percepción y realización  de una auténtica educación.  Es inaplazable humanizarnos. Nuestra Constitución Política dispone “La educación tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona humana”. Ilusionan sus expresiones pero preocupan sus incumplimientos.

Hoy se dispone de escasas horas de estudio en la escuela. Antes se hacía de lunes a viernes mañana y tardes y sábado por la mañana. Ahora solo en un turno de 4 o 5 horas, de lunes a viernes. Las instancias educativas dan prioridad a las documentaciones pedagógicas (planes curriculares, organigramas, nóminas, planes de aula,…) y no a los hechos educativos. Interesa más las formalidades que las esencialidades. Descuidan el desarrollo del pensamiento crítico, la inteligencia emocional, el desarrollo social y espiritual del estudiante. No humanizan.

 

La gestión educativa de dejar hacer, dejar pasar, da fácil acceso  al libertinaje administrativo y pedagógico. El sectarismo político es el cáncer de la educación. Gentes sin capacidad moral ni funcional ocupan cargos para los que no están capacitados y generan más problemas que soluciones. La supervisión educativa debiendo ser reflexión y acción  es solo  activismo,  verbalismo y encubrimiento.

El reduccionismo educativo   plantea educación como equivalente  a escuela, la escuela ofrece solo conocimientos, los conocimientos  se reducen a datos,  para memorizarlos. Así,   concluye que educación es memorismo. Esa postura reduce la educación a  mera instrucción.

El manejo presupuestal  de abaratamiento de la educación  por parte del Estado redunda en la disminución  de la calidad educativa de  los sectores populares y profundiza la discriminación  social. Nuestras escuelas unidocentes siguen abandonadas.  Los problemas nutricionales de los pobres y extremadamente pobres  frenen sus  escasos avances educativos.

Porque la comunidad debe ser el medio y el fin de la educación hagamos que nuestras escuelas se adapten a las peculiaridades de los niños y no los niños a los  hábitos autoritarios y rutinarios de nuestras escuelas. 

Ante estas realidades conviene recordar las palabras del eminente educador José Antonio Encinas: “Los maestros están llamados a ser abanderados  de los cambios de nuestra patria y para ello deben ejercer liderazgo. Para ser maestros hay necesidad de ser revolucionarios”.Magisterio es la función revolucionaria por excelencia. En ese ejercicio no caben  sino dos extremos: el maestro inofensivo,  sometido a la coyunda  burguesa,  sin un soplo de ideales, ni átomo de impulso y aquel otro, cuya vida es jalonada por una lucha permanente contra el poder que abusa,  contra la hegemonía que  observa toda libertad, contra el orden social símbolo de desigualdad y de injusticia.”

La pandemia del corona virus que nos azota día a día confirma nuestras desigualdades  en educación, salud, economía, justicia y  política y la perversidad de mucha gente aparentemente educada. La indiferencia de los empresarios  y adinerados, dueños del Perú, ante nuestras tragedias, demuestran espíritu egoísta, no respetan los derechos de los demás. Deseducan. Manejan los medios de comunicación social a su favor y en contra de los intereses nacionales. 

 

Como efecto de nuestra menguada  calidad educativa militares de alta graduación, gobernadores de región, alcaldes  provinciales y distritales y otros en vez de velar por la población, han robado mucho dinero al Estado con adquisiciones fraudulentas  de medicinas, oxígeno y mascarillas. Algunas autoridades sin autoridad moral se han apropiado de víveres destinados a gente vulnerable.

Se detectó a médicos que realizaban servicio por altos costos y otros que pidieron licencia para atender en clínicas demostrando que están más listos a servirse que a servir.  Otros han elevado los costos de medicamentos, oxígeno y la atención en  clínicas. Esos profesionales no son educados, saben  algo, pero tienen mermadas  su desarrollo afectivo,  volitivo, social y valorativo. Los conocimientos son necesarios pero no suficientes. Educación no debe verse como almacenamiento de datos sino como transformación de menos a más hombre.

Los hombres defectuosamente educados son peligro latente para la sociedad. A las personas  hay que juzgarlos por su conducta, no por sus palabras, ni por sus títulos, cargos, dineros  o apariencias.

         Es innegable que  corruptos y corruptores   generan el colapso de la educación  y de la salud, por tanto el colapso de la nación.  Ante circunstancias análogas el General Velasco denunció que la oligarquía y sus cómplices que gobernaron nuestra patria son los responsables de los grandes problemas, las grandes injusticias y la dura miseria el Perú.

 

         Miles de personas profanas o profesionales no aman al hombre, solo al dinero. En ese panorama, en Lima destacó “el ángel del oxígeno” que con honestidad vendía  gas a precio justo. Resultó extraño que los congresistas progresistas hayan elevado  de 3 a 6 % del producto bruto interno para el presupuesto del sector educación, luego de muchas  décadas de reclamo. Hay gestos de gratitud a los médicos, enfermeras  y laboratoristas que  luchan contra el corona virus. No todo está perdido en nuestro país.  Debemos y podemos     mejorar nuestra educación. 

                                                                                  

Quienes pretenden que el maestro debe callar, obedecer y trabajar, están en un error, cometen un insulto a su dignidad humana y profesional. El maestro es ante todo un mentor social.

Ante la pandemia se impuso la educación a distancia y miles  de escolares pobres se ven impedidos de hacerla. Muchos profesores con elevado afán social,  portando una pizarrita y otros materiales visitan casa por casa, en aldeas y punas, para atender a sus alumnos, exponiéndose  a todo. Los marginados, con amplitud de amor, buscan alimentos, los preparan y  comparten con los vulnerables, mientras los adinerados buscan licores y hacen banquetes y fiestas en plena etapa de aislamiento social. Frente a este panorama sombrío propongo que la vida ejemplar de Daniel A Carrión la estudiemos  y apliquemos estudiantes, padres y profesores para hacer realidad la educación integral y permanente que necesitamos.

Pues, porque somos hombres que necesitamos vivir plenamente nuestra dimensión humana necesitamos educación integral. Porque somos  seres con proyección histórica necesitamos educación permanente. Porque necesitamos humanizarnos y no solo  hacernos eruditos rechacemos todo reduccionismo  educativo.

 

 

FUTURO : RE EDUCACIÓN

 

 

3.-MOTIVA  REACTIVAR LA  REFORMA EDUCATIVA TRUNCADA

 

Daniel fue un hombre extraordinariamente educado no por obra del sistema, sino por sus padres y familiares,  luego  por  su propia inspiración y decisión. Entre tanta oscuridad de su época hizo su propia reforma educativa  y optimizó su formación humana. Hoy, su imagen luce con luz propia en muchos ambientes educativas, culturales y científicos del mundo. Su ejemplo da luz y calor para que sigamos el camino que él nos ha trazado.

Su desarrollo afectivo, volitivo, intelectual, social y espiritual es admirado en todo tiempo y lugar, por eso la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en 1995, le concedió el Grado Honorífico póstumo de Doctor Honoris Causa y  mediante Ley   27794 del 12 de octubre de 2011 se le reconoce como Héroe, Mártir y Maestro de la medicina peruana.

Alcanzar la calidad de la educación de Daniel  A  Carrión demanda la reactivación de la gran reforma educativa interrumpida en 1975. Esa gran reforma no fracasó, simplemente fue  suspendida por un tránsfuga.

Esa osadía educativa admirada por propios y extraños debe ser reactivada para salvarnos de la deshumanización a que nos somete el neoliberalismo.  Estamos hartos de reduccionismo educativo a que nos imponen  los grupos de poder  nacionales y extranjeros  manipulando  a gobernantes corruptos. Estamos agobiados del mercantilismo de la educación que  deteriora la calidad educativa y profundiza las desigualdades sociales.

La educación reformada  tuvo  como sentido esencial  el logro de un nuevo hombre en una nueva sociedad, por eso promocionaba   condiciones para el brote de  modos de comportamiento personal y social auténticamente humanos, a través del currículo integral  compuesto por cuatro aspectos: conocimientos, actividades, capacitación para el trabajo y orientación y bienestar del educando. Sigamos ese rumbo.

Hoy, nuestros gobernantes hablan de honradez  y menos la observan. La corrupción se expande en el Estado. La bonificación por escolaridad genera  privilegios y marginaciones. El ministro o parlamentario recibe un sueldo completo ( 30 o 20 mil soles respectivamente), a los empleados del Estado les dan 400 soles y a los campesinos o desocupados no les dan nada ¿Quién necesita más?. ¿Cuál es el efecto de esta discriminación?. Otro hecho  lesivo es la dación de una ley de prácticas educativas sin pago de remuneraciones, pese al tiempo asignado de 450 horas. Los afectados hicieron denuncia  pública y lograron corregir ese mal proceder, pro patronal, de explotación.

Por estos y otros actos lesivos  el historiador Pitirin Sorokin destaca que en este siglo se percibe un abismo entre los espléndidos avances de la ciencia y la tecnología y las conductas negativas de los hombres. Hay apremio de una reforma educativa.

El porvenir pertenece a los innovadores, cambiemos la orientación de nuestro sistema educativo. Preocupémonos de qué clase de hombres queremos formar. Si queremos domesticados continuemos con la educación opresora y si queremos humanizados asumamos  educación liberadora, que defiende la reforma educativa truncada.

Decidámonos  a reactivarla para realizar utopías y  alcanzar nuestras realidades potenciales. Asumamos roles políticos. Los hombres somos seres políticos, sin política somos  un animal más. En el aula y fuera de él todos los agentes educativos (alumnos, maestros  padres de familia, funcionarios del sector educación y gobernantes) tengamos presente la Declaración  de Persépolis “La educación es un acto político puesto que revelar la realidad social para transformarla, disimularla o conservarla son actos de naturaleza política”.

En esa direccionalidad el ex ministro de educación Juan Guabloche,   conocedor de nuestra realidad, sostenía que  “La educación no puede ignorar  los graves problemas de  alienación, marginación y desintegración, que afectan a la sociedad  y a la cultura peruana, resultado de los poderosos factores de dominación  interna y externa  que han operado secularmente en nuestra historia”. A tenor de estos criterios nació nuestra reforma educativa de 1972, por eso la temían y temen los privilegiados. 

La reforma educativa peruana, admirada por su originalidad y decisión de romper las barreras que impedían el desarrollo nacional, no a todos gustó. Se dice que Nixon ordenó a Francisco Morales Bermúdez desviar los planes  revolucionarios del Perú. A postrimerías de agosto de  1975, después de dar el golpe de Estado a  Velazco presuroso desmontó la reforma educativa. Los gobiernos “democráticos” sucesivos siguieron   igual postura y disminuyeron nuestra calidad educativa.

Casi simultáneamente  nacieron las reformas educativas de Perú y Finlandia. Mientras nosotros a escaso tiempo de iniciado truncamos por imposición del mandamás, Finlandia continuó su reforma y  logró ubicarse como la primera a nivel mundial, mejoró sus niveles de vida social, cultural, económica y política. De haber continuado nuestra reforma pudimos estar en situaciones ventajosas de humanización y desarrollo.

Porque nadie resolverá  nuestros problemas sino nosotros mismos, padres, maestros y estudiantes asumamos las siguientes tareas básicas:

·        Exigir la expedición de una nueva Constitución Política del Estado.

·        Demandar una nueva Ley General de Educación, previa  consulta nacional.

·        Distinguir y rechazar los medios de comunicación social que impiden nuestra mejor educación.

 .  Combatir la corrupción en todas sus formas y fomentar la educación integral y permanente, retomando las virtudes de Daniel A. Carrión.

 

POR DEBER CÍVICO DÍGNESE REFLEXIONAR,

PRACTICAR Y DIFUNDIR ESTE MENSAJE.

NECESITAMOS EDUCACIÓN INTEGRAL

Y NO SOLO INSTRUCCIÓN.

 

 

 

 

                     

 

 

No hay comentarios: