Buscando a Dios… en el Universo
Por Mario Rios Quispe
Lic. En Física
“Si yo fuese Dios, como hubiera creado el Universo”
Albert Einsten
Nota Importante: Es importante destacar que el presente ensayo está
basado principalmente en los planteamientos de shahen Hacyan Astrofísico prof. De la UNAM.México [4]

De lo manifestado se debe dejar claro que “toda teoría está ligada a los pensamientos
y sentimientos de las personas, por lo que involucra toda una concepción,
siendo pues en el fondo reflejo de la vida social” [2]. Esto explica el hecho de que el periodo inicial de la
civilización se haya buscado explicar estos fenómenos a partir de
planteamientos mitológicos, pero lo mitológico ¿Cuánto de realidad expresa o
esconde? ¿Porque cuestionarla? Si en esa época no se tenía una idea clara de un
conocimiento disciplinar y sistemático sin embargo nos arriesgamos a afirmar
que mucho de los conceptos que trabajamos en la actualidad tiene que ver con
esos “conceptos bases” que han ido afinando y hurgando con éxito en el estudio
del universo, pero que por más ciencia
que se haya profundizado en la cosmogonía moderna (Cosmología) siempre habrá
presupuestos, y esta será la base del estudio del universo hoy y en
perspectiva.
De los principales mitos en la
historia, tenemos a los babilónicos (quince siglos AC) que relatan el
nacimiento del mundo a partir del caos primordial [4], para ellos el agua de mar, de los ríos y la niebla estaban
mezcladas cada uno con sus dioses, el cielo y la tierra estaban unidos; después,
el Dios de los cielos llamado Marduk (Dios principal de los Babilonios) lo
separa. En términos más sencillos, el mundo era una especie de bolsa lleno de
aire, cuyo piso era la tierra y el techo la bóveda celeste; arriba y abajo se
encontraban las aguas primordiales
que a veces se filtraban, produciendo la lluvia y los ríos, generándose
sedimentación dando lugar a la tierra. Su explicación casi fantástica tiene que
ver con sus propias experiencias, no hay que olvidar que Mesopotamia se
encuentra entre los ríos Tigris y Eufrates que a su vez desemboca en el Golfo
Pérsico donde se depositan su sedimento. De seguro todos estos hechos señalados
sugirieron la creación de tierra firme a partir de “aguas primordiales”.

De ahí tenemos a la Cosmogonía egipcia
que tuvo mucha influencia de los babilonios (lo expresa gran parte de su
cultura) donde para ellos el universo era una caja alargada de norte a sur tal
como su país y además alrededor de la tierra fluía el rio Ur-Nes, uno de cuyos
brazos era el Nilo.

(*) Otros autores (Casiodoro Reyna) Interpretan que
firmamento se entiende también como expansión.



En Mesoamérica o América Central donde
floreció la cultura Maya, también tuvieron una concepción del mundo basado en
experiencias de medición astronómico, aunque poco afortunado en la construcción
de su cosmovisión; creían en la existencia de los siete cielos planos y
superpuestos, y de otros tantos niveles subterráneos, donde residían dioses y
demonios. El mundo había sido creado por Hun ab Ku a partir de aguas
primordiales.

En términos
generales, se consideró que todas las deidades estaban subordinadas y creadas
por un Dios invisible, eterno y todopoderoso, que fue nombrado como Wiraqocha.
(**) El siete (7) parece ser un número cabalístico: 7
días de la semana, 7 enanitos, 7 colores del arco iris.
El Dios Wiraqocha
no pertenecía a ninguno de los tres mundos de la cosmovisión antigua de Perú,
por lo tanto, su vivienda no se encuentra en el Hanan Pacha o mundo de arriba
identificado con el espacio sideral, ni en la superficie de la tierra o Kay
Pacha, ni en el Ukhu Pacha o mundo subterráneo. Se trata del dios supremo
por excelencia. No obstante, el Inti o Sol era el dios por excelencia entre los
quechuas. Se sugiere que era el dios más popular, se puede considerar un Dios
concreto, material.
Para efectos de ver como las ideas se
han asentado a lo largo del tiempo, otros negados u olvidados y otras en pleno
desarrollo, enfatizaremos en la cosmogonía de los griegos, por una razón muy
clara, representa la síntesis, pero sobre todo la racionalidad de todas las
concepciones anteriores, basado en concebir al mundo no como una obra de los
dioses sino como el resultado de procesos naturales, por algo en la actualidad
se le considera la “semilla de la civilización occidental”.
Es el caso de los filósofos de la
escuela Jónica (S. VI A.C.) que planteaban que inicialmente el universo se
encontraba en estado de unidad primordial (todo estaba mezclado) y de ahí
surgieron pares de opuestos (yin, yang) caliente frio, mojado seco de cuyas
interacciones surgieron los cuerpos celestes.

Hemos hecho un recorrido meteórico de
las concepciones cosmogónicas a lo largo de la historia y podemos decir como
Jou David [1] que: “se superponen
teoría y observación, perseverancias sistemáticas, exaltaciones místicas y
sospechas laberínticas”. Al final de este recorrido también nos damos cuenta
que cada vez que nos preguntamos que es el universo sería una respuesta en construcción pues
siempre habrá nuevas evidencias y por consiguiente nuevas respuestas que sería
de nunca acabar; así mismo cuando se establece si el universo ha tenido origen,
esto nos lleva a la causa o a la causa de la causa y de ahí a quien lo hizo, lo
que actualmente llaman el diseño inteligente,
o un Dios que siendo etéreo, como se manifiesta, hace posible toda la
variedad en el universo; en todo caso hasta donde un científico tiene la
frontera del trabajo y del pensamiento y en todo caso, el universo ¿tiene
fronteras? Bueno, sigue las dudas y está bien que así sea porque eso nos dice
que tanto todavía tenemos que avanzar.
¿Que actitud debemos tener los
profanos en estos temas?, de seguro será una actitud crítica, pero con una concepción
de avanzada, basado a su vez en las evidencias por los científicos descubierto,
y que recoja todo el legado dela humanidad procurando interpretar mejor las
leyes en nuestro caso del universo.
De lo escrito consideramos que la
tendencia es en los posteriores años, los amplios problemas metodológicos y
concepcionales que plantean los conocimientos científicos modernos, todo ello de
no tenerlo claro, dificultaría el desarrollo de la ciencia sobre todo en países
como el nuestro.
Referencias
[1] JOU David;
Reescribiendo El Génesis, De la gloria de Dios al sabotaje del Universo;
Editorial Planeta Mexicana, 2008; 277 pp.
[2] RIOS QUISPE,
Mario; Discurso de Clausura: Materia Oscura, Curso Internacional a cargo de
Wilder Chicana N. Planetario Luis E. Erro México DF.
[4] SHAHEN Hacyan;
El Descubrimiento del Universo; Las Ciencias desde México Nro 6; SEP; Fondo de
Cultura Ecconómica México DF; ISBN 968-16-2393-2; 157 pp.
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